Colores del Sur 13. Porretas y pipas
Los higos picos se comen frescos y se almacenan secos
como fuente de alimentación para el invierno. Hay toda una ciencia por la que
deambular en busca de su denominación correcta. Las porretas son los higos
picos pelados, se les retira lo menos posible de la piel para que no se
desgrane en el proceso de pasado. Las pipas son los higos que estando más
verdosos no se pelan, estos se abren como si nos lo fuésemos a comer frescos.
Antes de pelar o abrir, ya sean para porretas o pipas, “se escobiaban y
barrian” para quitarles los picos,
con escobas de balo, de margazas o de pino. Luego se tendían varios días al
sol, en los pasiles. Pasados esos días, que podían ser de ocho a diez, dependía
del sol, se recogían una mañana temprano, que estuviesen serenaditos que era
mejor para lidiar con ellos.
Palabras de Victorino Gómez Oramas [San Miguel de Abona, 1918 - 2012, Valle de
San Lorenzo] recuerdan los trabajos de esta fatigosa labor: Un año
pelamos dieciséis costales. Mi hermano dice: este año vamos a pelar todos los
higos. Empezamos en Cho, que tenía tres pedazos mi padre allabajo y terminamos
en Gonzalo, del Frontón pacá, que dicen Gonzalo. Sacos desos que vienen con las
papas los lavaba bien mi madre y ahí se empaquetaban, se llenaba el saco y
después se ponían en la tonga, entongados, los porretas. Y teníamos un cajón
grandísimo, que yo no se cuanto llevaría, pelamos dieciséis costales de
porretas.
Higo pico seco, por el sol, que atesora una amplia
gama de canelos, todos los canelos posibles. Alimento de gran arraigo en esa
realidad de penurias. Y en la actualidad un manjar para el paladar que quiera
recuperar viejos y sabrosos sabores.