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Obras a su paso por Santiago del Teide |
El proyecto de la carretera de San Marcos, en Icod, a
Guía de Isora se inició a la par que el muelle embarcadero de la caleta de San
Marcos. Al unísono se muestran las quejas por los continuados retrasos para
iniciar su ejecución. Desde finales del siglo XIX se encuentran múltiples
informaciones donde se recoge los malestares por las demoras en la construcción
de una vía que enlazara el Norte con el Suroeste de la isla. Desde los primeros
años del siglo XX se subastaron las obras en su primer tramo, pero al no estar
culminado el expediente de expropiación, los propietarios de los terrenos se
niegan a conceder el permiso para su ejecución. Las peripecias de estas obras
se alargan aproximadamente unas cuatro décadas, los fondos se consignaban a
cuentagotas, y se iban subastando trozos de carreteras según su disponibilidad.
Como ejemplo de abandono y desidia anotar que el primer trozo, de San Marcos a
Icod, se anunció su subasta en 1902, pero todavía estaba en obras en 1931.
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Santiago del Teide, 1933 |
La carretera fue una larga petición con la
que paliar la falta de trabajo en todas estas décadas que transcurrieron hasta
su llegada a Guía de Isora en los años treinta. Los cíclicos periodos de
sequías motivaban que cada cierto tiempo se reabrieran las quejas. La erupción
del Chinyero, acaecida en noviembre de 1909, también originó múltiples
peticiones que esta carretera se incluyera en los proyectos a realizar
urgentemente. La emigración de los años veinte fue una sangría para estos
municipios del oeste de la Isla. Las suplicas reiteradas por la ejecución de
obras públicas no sólo era una necesidad para comunicar estos pueblos, para lo
que todavía había que recurrir a las bestias y a los malos empedrados caminos,
sino que además era una gestión precisa para paliar la falta de trabajos, era
un acto de misericordia. Por la prensa de la época era frecuente encontrar
noticias dramáticas, como la de vecinos de Santiago de Teide, “que se ven
sin tener donde ganar el sustento, están emigrando en masa. Son ya más de 30
casas las que están cerradas, por haberlas abandonado sus moradores, los cuales
se encuentran hoy diseminados en varios pueblos de la isla, mendigando trabajo,
cualquiera que sea, que les permita ganar un pedazo de pan.”
Son infinitos los proyectos, las reformas,
los comienzos de las obras, las suspensiones por falta de medios económicos.
Como ejemplo los trozos 2º y 3º, los que partían de Icod hacia El Tanque, se
estaban ejecutando en 1919, a comienzos de 1920 se paralizan por falta de
financiación, y en marzo de 1921 se informa como una noticia de gran
trascendencia que se va a recibir
una concesión especial de 20.000 pesetas para continuar con su construcción.
Era tal el desanimo que incluso a finales de la década de los años veinte se
suplicaba por su terminación.
Para llegar a Santiago del Teide y a Guía de
Isora por el norte, se iba en coche hasta Icod de los Vinos, algo más de dos
horas desde Santa Cruz de Tenerife, luego en alguna bestia por la cumbre. A
finales de los años veinte se llegaba, con automóviles, a Guía de Isora por el
sur, pero dando infinitas vueltas por las múltiples pistas que se iban
construyendo por este lado Sur.
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Calle de La Libertad. Guía de Isora |
En 1930 ya se había llegado a Santiago del
Teide, un año después estaba finalizada el trozo de Chío a Guía de Isora. En
palabras de Antonio Martí, “Chío y Guía se comunicaban, hasta no hace mucho
tiempo, por medio de un mal camino de herradura, invirtiéndose en cubrir la
distancia más de una hora, al cansino paso de las bestias. Hoy podría recorrerse
el trayecto, en automóvil, en unos minutos”. Pero la carretera está cerrada por no estar
entregada oficialmente. En esta época había que ir por Arguayo en bestias y
coger el coche en Santiago del Teide, “pero ha llovido. Hay unos pasos malos
a la altura de Erjos. Falta por construir unos puentecillos. Afirmar cierto
trozo desmontado. Cuestión de poco dinero y de poco trabajo también. Por estos
dos pocos, Santiago del Teide, Tamaimo, Erjos, toda una zona importante y rica,
permanece incomunicada.”
Los tramos se iban abriendo, pero al mismo
tiempo quedaban pequeños trozos por rematar, por acondicionar; pequeños puentes
que el agua los hacía intransitables, en suma que era una pequeña aventura
recorrer esta carretera. En de mayo de 1932 se inauguró oficialmente la pista “de
Santiago del Teide a Chío, pista que ha venido a cerrar el circuito de
circunvalación de la isla”,
con la asistencia del “Gobernador Civil el Cabildo en pleno y autoridades de
la capital y de otros pueblos.”
Aún cuando esta inauguración podría hacer
pensar que este proyecto estaba finalizado, no fue así. Todavía se estaba en
obras para su llegada a Guía de Isora, y además el enlace de éste último a
Adeje no se finalizaría hasta la década de los sesenta. Por entonces el tan
cacareado anillo insular peregrinaba por un laberinto interminable de pistas.
En junio de 1932 se informa que los trabajos en el quinto trozo están muy
avanzados, cuyo contratista, Juan Fernández Oliva, creía que en julio se podría
autorizar el paso de los vehículos hasta Tamaimo. De hecho en las fiestas de
Santa Ana, a celebrar a finales de julio, se preveía la primera llegada de
automóviles. En esta fecha varios vecinos de Santiago del Teide muestran sus
quejas por la cantidad de polvo que levantan los coches que transitan por esta
carretera, al cruzar por el mismo centro del pueblo y no estar asfaltada, para
evitarlo solicitan se le dote de una capa asfáltica.
Los últimos tramos continuaban con su
engorroso proceso de subastas y comienzos de obras, así el último tramo, para
su llegada a Guía de Isora, se subastó en 1933. La empresa Entrecanales y
Tavora comenzó las obras el 6 de abril, ocupando en ellas a treinta peones,
produciéndose quejas por estar empleando a tan pocos obreros.
Las imágenes que acompañan
este artículo se sitúan, dos en Santiago del Teide. Una de ellas con la
carretera en obras, alrededor de 1930, y otra, de agosto de 1933. En ambas se
nos muestra la pista con una línea de viviendas alineadas solamente en el lado
del naciente de la carretera general. La tercera imagen pertenece a Guía de
Isora, a comienzos de los años treinta, con uno de esos primeros automóviles
que transitaban por sus calles, en la Calle de la Libertad o Calle de Arriba
como se conoce en la actualidad, o de Manuel Luengo, como se aprobó, por la
Corporación Municipal, en diciembre de 1909, en atención al interés mostrado
por el que fue Gobernador Civil Interino en el transcurso de la erupción
volcánica del Chinyero, acaecida en noviembre de ese año. A la izquierda se
contempla la plaza de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Luz, y justo detrás del
automóvil transcurre el Barranco de Ntra. Sra. de Guía.
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