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Pescadores en Los Cristianos. Finales década de 1920 |
Desde mucho antes de la segregación de
Arona, del Municipio de Vilaflor, acaecida en 1798, se tiene constancia, a
través de los diversos padrones de habitantes, de la existencia en los pagos de
La Hondura, Túnez, Beña, Arona o en el Valle de San Lorenzo, de la profesión pescador o barquero, como así consta en el
Censo de Población de Vilaflor de 1779. Pescadores que se acercaban por
temporadas a la costa y que con el paso del tiempo y su especialización en las
artes de la pesca propició un asentamiento por temporadas hasta hacerlo
definitivo. En el Padrón Parroquial para el año de 1880, se encuentran cuatro
familias residiendo en este pago: José Beltrán y Mª Antonia García y cinco de
sus hijos. Juan Melo Martín, su mujer Victorina, con 7 hijos. Francisco Melo y
María González, sin especificar descendencia. Francisco Melo Martín y Eladia
Alayón, con 5 hijos.
Las condiciones de vida de este pequeño pueblo de pescadores
eran difíciles, austeras por necesidad. La década de los años veinte comienza
con apenas 283 habitantes, y con una escasa o nula infraestructura de
comunicación, solventada con los barcos de cabotaje, entre otros, por el Isora,
Adeje, San Miguel, Delfín, Santa Ursula o Sancho II.
El recuerdo de la persona conocida, del
amigo cercano, del familiar, es el que con mayor intensidad se trasmite. La
imagen que se nos muestra aporta resquicios de una tierra bella y dura, de sus
personajes cotidianos que se nos presentan tal como eran, sin aderezos. Su
mirada nos apunta unas breves, pero intensas, pinceladas de su manera de
habitar en la vida, de sus costumbres.
Muchos de los que recoge esta
fotografía son pescadores. Según relató uno de sus protagonistas, Benito Sierra
Melo, fue tomada durante la celebración de las fiestas en honor de Nuestra
Señora del Carmen, a finales de la década de 1920. Con su mirada al frente,
entre atenta y curiosa, dirigida al objetivo de la cámara que el tiempo
trasladó hasta el anonimato. Si se enumeran de izquierda a derecha, y con los
datos obtenidos del padrón municipal de Arona, a 31 de diciembre de 1925, fecha
próxima a la toma de esta fotografía, podemos contemplar, de pie, a: Manuel
Brito, El Sordo (1858), pescador.
Eladio Alayón Gómez (1881), jornalero. Leoncio Díaz Domínguez (1880),
jornalero. Para estos dos últimos, en los padrones de 1920 y de 1935 se recoge
como profesión la de pescador. Manuel Ledesma García, Cho Serafín, pescador, 48 años. Sebastián Melo Tavío, jornalero,
16 años. Diego Álvarez, un hijo de un tendero procedente de La Escalona. José
María Melo González (1901), jornalero. Manuel Domínguez González, Tarrante (1890), jornalero. Lorenzo Alayón Melo (1916). Con
los dos siguientes se han encontrado ciertas discrepancias, tal vez sean
Nicolás Sierra Melo y Antonio Melo Alayón, Tonero.
En la fila inferior, y de izquierda a
derecha: Benito Sierra Melo (1909), jornalero. Mariano Melo Tavío (1910); en
1935, jornalero. Juan Melo Martín, Juan de hermana (1906), pescador. Alfredo Sierra Melo, 12 años. José
Melo Cabeza, El Rubio (1881),
pescador. Francisco Sierra Melo (1908), jornalero. Leopoldo Díaz Tavío (1908),
pescador y carpintero de ribera. Antonio Sierra Melo (1907), jornalero. José
Díaz Melo (1904), jornalero, pescador en el censo de 1931.
Algunos de los que aparecen como
jornaleros, Sebastián y Mariano Melo y Benito Sierra trabajaron, en las décadas de 1920 y 1930, como marineros en
los barcos de cabotaje.
Y un encuadre preciso, solamente ellos. No se recogen
viviendas, ni la mar, ni la playa, nada que distraiga la admiración del que
observa. Tan sólo la silueta de la Montaña de Guaza, siempre latente para
aquella persona que la haya amado, para quien haya contemplado su silueta largo
tiempo.
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