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Salvador González Alayón. Mecida de la leche. Cañada Verde, 1991 |
Fotografía
y texto publicados en: BRITO, Marcos: Salvador González Alayón. Un cabrero
para la leyenda. Llanoazur ediciones
“Para
obtener la mantequilla o la manteca ganado se recogía la leche durante varios
días, hasta once, y después se mecía en un zurrón de cabra, también se llegó a
realizar en garrafones de 16 litros. Además se obtenía la leche mecida o
espesa, que se toma sola o con gofio y a la que se le atribuye remedios
estomacales. El proceso de separar la grasa de la leche se le denomina mecida
de la leche, acontecimiento que se
tornaba una fiesta al realizarse en colaboración con otros cabreros o amigos.
La época de la mecida eran los meses de verano, entre junio y septiembre,
período en el cual las cabras dan menor cantidad de leche, y que en algunos
momentos no es suficiente para hacer queso. Se guardaba en garrafones, o como
hacía su padre en cacharros de mormontina de dieciocho litros, durante varios días, la leche agria que ya ve,
que se pone sea cinco días, seis, siete, hasta once días, después se mece pa
sacar la mantequilla. Porque anteriormente los patronos les gustaba que meciera
no pa la manteca ganao sino pa ellos llevar la mantequilla. El primer día se colocaban en el garrafón 2 ó 3
litros y luego se le iba añadiendo cada día más hasta el señalado para la
mecida, a esta leche se le añadía un poco de agua, todos los días o terciados. Cuando se vertía la leche en el zurrón de mecer, se
le añadía más agua, pa separar las grasas; se infla el zurrón, pa que jaiga juego dentro, y se prepara para mecer, de noche y a la fresca,
imprimiéndole al zurrón golpes secos.
Sea
para obtener la mantequilla o la manteca, una vez finalizado el proceso de
mecer la leche se sacaba la mantequilla y se deslechaba, se colocaba en agua
limpia y se le iba apretando repetidas veces y cambiándole de agua hasta que no
soltase nada de leche, que el agua quedase clara. Si era para consumir como
mantequilla se le añadía un poco de sal y ya estaba lista, pero si se quería
obtener la manteca de ganado había que guisarla a fuego lento y removiendo
continuamente, e ir quitando unas borras que se forman en la superficie, estas borras se separaban y también
se utilizaban en aplicaciones a los animales.
Cuando
Salvador era un niño mecían todos los cabreros de la zona, la primera que
recuerda de su padre, fue en Guaza, en 1923. Meció con un zurrón de mi tío
Juan González, fuera en agosto o fuera en septiembre fue la primera mecida,
después ya siguió meciendo todos los años. En ella participaron, mi tío Antonio García que estaba en Charco
Redondo, estaba Pancho Machanga, que era González, mi tío Juan González, mi tío
Pepe, José Sierra, que estaba de
cabrero en el Llano de Guaza. Y más entodavía, porque la cosa no fuera los
que mecían sino los que venían, y mi tío Antonio con la guitarra tocando, y
bailando allí. La casa era entonces de jormigón, ¿tú sabes lo qué decían
entonces de jormigón?, de jormigón era eso de tierra, picón y ceniza, amasado y apisonado.
Pocos
años después, su padre mató una machorra y le preparó un zurrón su tío “Juan de
Las Laderas”. En esa época era costumbre tener zurrones mayores, con lo que
tenían una mayor capacidad, pero también mayor el tiempo empleado. En un buen
zurrón podían entrar 36 litros de leche más 4 ó 5 de agua. De antes con dos
meceduras, daba pa la noche completa y dando de duro. De antes era cantidad de
leche que llevaba, de antes no creas tú que el hombre que resistiera media hora
meciendo, era un hombre de... Ese de mi padre que era de una machorra grande. Salvador solía, y suele en la actualidad, realizar
la mecida con menor cantidad, unos 16 litros de leche, más unos 4 de agua,
empleando para ello algo más de una hora. Con lo que obtenía, cinco medias
cuartas o seis. También las mujeres
participaban en la mecida, la mujer mecía de lado, sentada, así fue en la casa de Salvador, las chicas mías
mecían todas, y mis hermanas.
Salvador
también participaba en estas mecidas que realizaba su padre, con mi padre
desde pequeño. La que se puede
denominar su primera mecida, la que ya preparó bajo su exclusiva
responsabilidad, la realizó en 1943. En ella participaron los cabreros, Eugenio
Rancel Sosa, que estaba en Aldea; Gerardo Toledo, en Guargacho; y José Rancel
que vino de Los Llanitos, San Miguel. También participó el medianero de la
Punta Lomo, Hilario Vargas.”
Documentación: BRITO, Marcos: Salvador
González Alayón. Un cabrero para la leyenda. Llanoazur ediciones
Yo mesi con mi padrino SALVADOR en la finca los BEBEDEROS
ResponderEliminarYo mesi con mi padrino SALVADOR en la finca los BEBEDEROS
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