Anuncio de arado para
combatir un insecto en el trigo. 1933
El cereal era un cultivo de
secano, por lo que en épocas de falta del agua necesaria para su desarrollo se
pasaba por grandes dificultades para el abastecimiento de la zona. Otra
dificultar añadida fueron las plagas de langostas, con mención puntual a la de
1801, cuando los naturales se veían
obligados a emigrar a las bandas del norte para mendigar el pan. O las más
cercanas de los años 1932, 54 o 58. Por si no fuera suficiente con los periodos
de escasez de lluvias y las plagas de langosta, en la década de 1930 se produjo
otra razón para el desasosiego: la introducción de un insecto, “Cecidomya
destructor” conocido por “el bicho”, que atacaba al trigo blanco y barrenaba su
espiga, tumbándola.
Aún en 1942 y a través de
un informe de la Hermandad de Labradores de Arona se tienen noticias de este
insecto. La escasez de trigos propios
para la siembra en la costa dio lugar a que quedasen algunos predios en los
cuales no se verificó este cultivo, y por otro lado la falta de las cantidades
necesarias de trigo moruno o marroquí motivaron hacer siembras de otros trigos
más indefensos a la plaga del insecto llamado comúnmente “Bicho” que ha dañado
grandemente algunas plantaciones. No obstante, las siembras de este cereal se
han desarrollado generalmente bien prometiendo una buena producción.
En esos años este insecto
fue la razón por la que se implantara otra variedad de trigo; para
contrarrestar este ataque se plantó trigo morisco, trigo aliznegro y mayor
cantidad de cebada.
Documentación: BRITO,
Marcos: Análisis de una infraestructura
agraria: las eras en el Municipio de Arona. Llanoazur ediciones
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