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María Hernández, Antonio Bello, y sus hijos, Severiano, Josefina, Juana y Argelia Bello Hernández. c. 1920 |
María
Hernández Reyes, LA CABUQUERA. Valle de San Lorenzo
El apodo de
María Hernández Reyes, La Cabuquera,
esta asociado a El Cabuquero, en Aldea Blanca, por que en algún momento residió
en este un pago de San Miguel de Abona.
María
Hernández Reyes, La Cabuquera,
regentaba en Llano Mora, junto con su marido, una tienda, un molino de gofio y
un taller de rosetas, en el que trabajaron un buen número de vecinas del Valle
de San Lorenzo. Se elaboraban rosas o rosetas, pero asimismo recogía las que
confeccionaban otras mujeres en sus casas, como de la vecina de Las Galletas,
Rosario Domínguez Rodríguez. Lo usual era que la persona que las comercializaba
aportaba el hilo, les recogía las rosas y se les abonaba, por docenas, a las
roseteras; y después se encargaba de unirlas y producir los paños. Desde el
Municipio de Arona se llevaban en muchos casos a Vilaflor o a San Miguel, donde
las recogía Constanza Gómez Rodríguez. En el Valle de San Lorenzo coexistieron,
o se alternaron, otros talleres, como el de Carolina Reverón, en Chindia; el de
Ofelia González, en Llano Mora o el de María Hernández Rodríguez, Mariquilla, en La Calle.
En el Censo de
Población de Arona, a 31 de diciembre de 1920, María Hernández Reyes consta
inscrita en el Valle de San Lorenzo, con 40 años de edad y cuya profesión es el
comercio; casada con Antonio Bello
Cuesta, de 45 años y de profesión labrador;
inscribiéndose además sus hijos: Severiano, de 19 años; Josefina, de 16; Juana,
de 14; y Argelia Bello Hernández, de 7 años. Familia que se recoge en una
fotografía obtenida alrededor de ese año.
Documentación:
BRITO, Marcos: Nombretes en el Sur de
Tenerife. Llanoazur ediciones.
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