Bendición del ganado, c. 1950 |
Romería y fiestas de San Antonio Abad. Arona
El
crecimiento del turismo ha creado una masiva urbanización y un desarrollo del
sector servicios, lo que conlleva un vuelco en la geografía y en las costumbres
tradicionales. Festividades y romerías son referentes en las que perviven
manifestaciones de la vida rural, como en la conmemoración del patrono de
Arona, San Antonio Abad, antaño festividad, en la actualidad romería, ha
variado su aspecto exterior, pero no así su razón de ser, además de devoción al
patrón se resuma alegría desbordante, siempre sinónimo de parrandas, jolgorio y
hospitalidad. La romería tal como se conoce en la actualidad es una manera de
mostrar ciertas peculiaridades de lo que fue la sociedad agraria aronera, no
sólo con su recorrido sino además con la organización de múltiples eventos que
muestran vestimentas, quehaceres de trabajo y domésticos o juegos
tradicionales.
La Romería y Fiestas en honor de San Antonio Abad,
Patrón de la Parroquia de su mismo nombre, cuya onomástica es el 17 de enero,
ha tenido diversas variaciones en su fecha de celebración. En la actualidad se
revive en domingo, normalmente antes del día 20, conmemoración de San Sebastián
en Adeje, salvo excepciones como en 1996 cuando la romería se consumó el
domingo 21. Si el día 17 no coincide en domingo se oficia una misa, se sale en
procesión nocturna por el itinerario de costumbre; las calles de José Antonio
Tavío, Domínguez Alfonso, La Luna, Duque de la Torre y se asciende hasta la
Cruz de San Antonio. Si ese día 17 de enero es domingo se sube a esta Cruz en
el inicio de la romería.
La festividad de San Antonio Abad se
debió instaurar con la erección de la Ermita que se levantó en su honor en la
primera mitad del siglo XVII. Y se debió impulsar con la erección en Parroquia
en 1796, separándose de la Parroquia de Vilaflor. Con anterioridad a la segunda
mitad del siglo XX no abundan las referencias sobre su conmemoración, pero si
las suficientes para entender por donde han transitado.
Al constituirse la Hermandad del Santísimo
Sacramento, y según consta en el punto dos de sus estatutos, fechados el 21 de
mayo de 1809, se trata de la obligación de los hermanos de asistir a la Parroquia con su hacha y túnica los
Domingos del Señor, El Jueves Santo, Pascua, día de la Ascensión, Corpus,
Viernes Santo, la fiesta de los hermanos, y los tres días de las principales
fiestas de la Parroquia, cuales son el día del Señor de la Salud, el día de la
Virgen del Rosario y el día del Patrono San Antonio Abad.
Por lo expuesto en el documento que
se reseña a continuación, la fecha de su celebración debió ser la del 17 de
enero, hasta que en 1813 se cambia para el primer domingo de julio, con mejor
tiempo y con mayor disposición por haber finalizado muchas tareas del campo,
como la recogida y trilla del cereal: En
el lugar de Arona de Tenerife, en dies y siete días del mes de junio, de mil
ochocientos y trece años, habiéndose congregado el Ayuntamiento y los
principales sujetos de este Pueblo, asistiendo igualmente, el Venerable Párroco
D. Luis Herrera y Cruz, a fin de señalar un día fijo en que celebrar todos los
años en lo sucesivo, según están obligados, la fiesta del Patrono del Pueblo,
el Señor San Antonio Abad, dijeron que en atención a que el día dies y siete de
Enero, en que la Iglesia celebra la memoria de este Santo trae consigo los
inconvenientes de ser en el rigor del invierno en que no pudiendo asistir los
fieles como es debido, por causa de las lluvias, se ha dado el caso de hacerse
la función con solo los ministros del Altar; y que debiendo contribuir todos
los vecinos con sus limosnas para los costos de la función, no puede el Jues
realizar la cobranza para aquel día, tanto por ser aquella estación la más
penuria e indigencia, como también por los pocos días que median entre el
recibimiento del Jues y la celebración de la fiesta, y que por hacerla en aquel
día se ha experimentado varias veces, que quedándose mucha parte de los vecinos
sin contribuir con lo que deben, se les ha faltado a los Ministros con sus
derechos, o han tenido que suplirlos los mismos Jueces, para obiar estos y
otros muchos inconvenientes que ocurren, y para que el pueblo pueda cómodamente
desempeñar un deber tan sagrado, cual es celebrar la fiesta de su Sto Patrono,
con la mayor posible decencia, además de obligarse nuevamente a contribuir cada
uno con lo que le corresponda para los costos de la indicada función en
cualquier tiempo que se haga, de común acuerdo resolvieron y determinaron que
se debe tener y se tenga por día señalado y fijo para celebrar en cada año la
fiesta del Sto Patrono, el Domingo primero del mes de julio; y que por ser este
día el más propósito, y en que no se encuentra ninguno de los inconvenientes ya
dichos, por ningún caso se ha de mudar, ni alterar en los sucesivo. Y que esta
determinación se haga saber al pueblo para que queden todos inteligenciados,
que además de la santificación y guarda del día que consagra la Iglesia a la
memoria de nno Sto. deben contribuir con las limosnas a cada uno corresponda
para la celebración de la fiesta en el tiempo y día que queda señalado;
igualmente dijeron que se saque copia de esta determinación, y que se le remita
al Venerable Párroco de Vilaflor a quien corresponde hacer la expresada función
para que colocándola en el Archivo de su Parroquia tanto él, como los que le
sucedan estén inteligenciados del día en que debe acudir el Beneficio a hacer
la función del Patrono de esta Iglesia. Así lo decretaron y firmaron los que
supieron de que doi fé.
Este documento está firmado por el
párroco Luis Herrera y Cruz, así como otros de los que se anotan los legibles: Agustín García. Pedro de Frías. Lorenzo de
Frías. Domingo de Frías. Juan Bello. Gonzalo Josef Espinola. Juan de Reberon.
Juan Agustín. Antonio Rodríguez Sierra. Juan Antonio Salazar. Ángel de Frías.
Blas de Alayón, secretario.
Con fecha de 1 de enero de 1823 se
solicita al párroco información del estado de la Iglesia, por parte del Vicario
General del Obispado. El 4 de enero de este mismo año, y en un Pleno Municipal
se acuerda los días fijos de Corte, en
los cuales deberá concurrir el Ayuntamiento a las funciones y solemnidad a la
Misa mayor, formando cuerpo desde la sala consistorial. Documento que se le
remite al párroco para una mayor ostentación de las festividades, y en que se
anota: La festividad del Santo Patrono, a
voluntad del Ayuntamiento. La elección del día en que debe hacercele conforme a
un decreto que rige. Sin especificarse el día de su celebración. El párroco
José Vignoly al responder al Vicario General expone algunos pormenores de las
funciones que se oficiaban. Así se indica que la festividad del Santo Patrono
es costeada por el Pueblo, con ejecución de vísperas,
tercia, Misa con Dios expuesto y procesión del Sto.
A finales del siglo XIX se tiene
constancia de que la celebración de San Antonio Abad retomó al de su
onomástica, como así se anota, en 1889, por el sacerdote Julio Mendoza Morera
en la relación de las actividades religiosas que se oficiaban en la Parroquia
de San Antonio Abad: Día diez y siete de
Enero San Antonio Abad Patrón de esta Parroquia con misa solemne y sermón.
O como las extensas referencias del
párroco Ángel Serra Cortina, con fecha de enero de 1915, y donde se reseña la
procesión que se vuelve a realizar.
Para
anunciar esta fiesta, el domingo antes, a las doce del día, se echan unos
cuantos voladores, se hace un repique de campanas, y se pone la bandera
española en el campanario.
A
las doce del día antes de la fiesta, se hacen tres repiques de campana, a
vísperas dos, y a la oración uno. El día diez y siete, al alba se hacen dos
repiques de campana y se echan unos cuantos voladores.
A
las ocho, nueve y diez, se hacen los mismos repiques que los domingos. A las
diez en punto de la mañana, empieza la Misa solemne con exposición del
Santísimo, y sermón. Terminado este, el Párroco desde el pulpito da cuenta a
los fieles de lo recaudado y gastos de cera, voladores y adornar la plaza. Para
sufragar estos gastos, dos domingos antes de la fiesta, se nombran desde el
pulpito, proveedores que recorran los vecinos del pueblo, y pagos de Tunes,
Vento y Sabinitas. Concluida la Santa Misa, sale el santo en procesión
alrededor de la Iglesia. También se hacen en la plaza algunos arcos de palma.
Esta procesión hacia muchos años que se había omitido.
La
costumbre de recaudar para la fiesta y dar cuenta a los fieles de lo recaudado
y gastos de las fiestas, ha sido introducida por el que suscribe.
Estos festejos volvieron a adquirir
relevancia a comienzos de los años cuarenta, cuando se constituye la Hermandad
Sindical de Labradores y Ganaderos de Arona. Así el domingo 23 de enero de 1944
se organizan diversos actos para celebrar este día, a los que asisten el Obispo
de la Diócesis y el Gobernador Civil de la Provincia. Por la mañana se ofició
una misa con panegírico del párroco de San Juan de La Orotava, Jesús Cabrera
Medina. Después de esta misa se bendijo una Imagen del Cristo Crucificado, que
se trasladó en procesión al Cementerio, y un altar, que se ha construido con la aportación de los fieles, debido a
la celosa gestión del señor cura párroco don Jorge Hernández Rodríguez.
En esta década de los años cuarenta
y posteriores era costumbre que una vez finalizada la misa se partía en
procesión por el trazado actual, con los animales en primer lugar y después la
Imagen. Al regreso, al llegar a los escalones de entrada de la Parroquia, la
Imagen de San Antonio se detenía y los animales transcurrían por delante de
ella para recibir su bendición. La persona que ostentaba el honor de realizar
la ofrenda mantenía el acetre de agua bendita, en la que el sacerdote moja el
hisopo. Después del acto religioso la Hermandad Sindical de Labradores y
Ganaderos de Arona organizaba una comida en su local social que estaba ubicado
en la calle Duque la Torre.
En 1949 esta festividad se vuelve a
celebrar en su día natural, el 17 de enero, en este caso lunes. Son años donde
era usual organizar un encuentro de fútbol entre el Atlético Arona y algún que
otro equipo de la zona. Y de manera sobresaliente, se comenzaba el día de San
Antonio con una exposición de ganado, en la que recibían premios aquellos
animales más destacados.
El programa de 1949 fue el siguiente: Con
motivo de la festividad de San Antonio Abad Patrón del pueblo y de la Hermandad
de Labradores, durante los días 16 y 17 se desarrollarán en esta localidad
diversos festejos, conforme al siguiente programa:
Domingo,
día 16.- A las 10 de la mañana, función religiosa en honor del Santo Patrón. A
las 4.30 de la tarde, encuentro de fútbol entre los dos equipos del Club
Deportivo Atlético Arona. A las seis, bailes amenizados por la orquesta de
Granadilla, y diversos regocijos populares. A las 8.30 de la noche, nombre del
Santo Patrón de la S.D.M. y sermón a cargo del elocuente orador sagrado, Rvdo
Padre Andrés S.J.
Lunes,
día 17.- A las 8.30, misa rezada. A las 10, exposición de ganado repartiéndose
por la Hermandad Sindical Valiosos premios. A las 11.30, solemne función
religiosa con vestuario y sermón a cargo del Rvdo Padre Andrés S.J. A
continuación, procesión del Santo Patrón, terminándose con la bendición de los
animales en la plaza de la Iglesia. A las 4.30 de la tarde, encuentro de fútbol
entre el equipo Atlético Arona y el Águilas de Adeje. A las 6 de la tarde,
exhibición de bailes típicos. A las diez de la noche, verbena amenizada en la
plaza por una atractiva orquesta de la capital.
Nota.-
El Jefe de la Hermandad y la Comisión de fiestas encarece vivamente a los
señores patrones y demás poseedores de ganado, no solo del término municipal de
Arona, sino también de los pueblos circunvecinos, asistan a la exposición de
ganado que como queda dicho tendrá lugar el lunes 17 de enero, a las diez de la
mañana. Dicho Jefe era Eugenio
Domínguez Alfonso.
El día se solía rematar con bailes en la plaza, en
palabras del jesuita Martín Brugarola: todo
era esparcimiento y alegría. Bailes típicos en la plaza, parranda de galanes y
cantadores en las calles, comedias en el corral de los Domínguez de Villareal,
pasillos, cabalgatas, etc.. Y la fiesta terminaba con un solemnísimo “Nombre”
al Santo del que todos salían henchidos de entusiasmo. Así era la fiesta de San
Antonio Abad en Arona, cuando Arona mereció el lindísimo remoquete de “la
Atenas del Sur”, fiesta que ahora, año tras año, va recobrando su antiguo
esplendor.
El 5 de febrero de 1950 estuvo en Arona el jesuita
Martín Brugarola, donde impartió una conferencia en el local de la Hermandad
Sindical de Labradores y Ganaderos; y donde se le facilitó la información que
ya en parte había sido publicada el año anterior. En 1961 divulgó en la Revista de Dialectología y Tradiciones
Populares un artículo sobre la ofrenda del trigo en esta festividad de San
Antonio Abad.
La ofrenda
la hacía siempre uno de los más ilustres caballeros del pueblo, el que mayores
pruebas había dado de defender la causa de Dios y los fueros del señor San
Antonio. Ahora se recoge a uno de los labradores de más prestigio, y, como
antes, marca la ofrenda el punto culminante de las fiestas.
En el
momento del ofertorio de la misa solemne, tres ángeles del altar, revestidos de
preciosas galas, portan las bandejas, dos de plata y una de cristal, desde la
mesita en que están depositadas, fuera del presbiterio, hasta las gradas del
retablo mayor. Una de esas bandejas se ofrece por Los Altos; otra, por Las
Medianías, y otra, por Las Costas.
Sigue a los
ángeles el labrador que va a hacer la ofrenda, llevando en la mano izquierda un
rollo en que contiene el texto de la ofrenda; y en la otra, la derecha, una
vara de plata rematada en espigas y pámpanos de vid, símbolos del destino que
va a tener la ofrenda.
En la bandeja de cristal se portaba la ofrenda de las
medianías, donde solían vivir los más
distinguidos caballeros y los regidores del Municipio, su bandeja era de
cristal, para indicar dos cosas: la transparencia de sus intenciones y la
humildad de sus propósitos.
La lectura de la ofrenda la realizaba un labrador, el
cual leía el siguiente texto:
Señor y Dios
nuestro: Tú que gloriosamente eres labrador, como lo has manifestado a los
hombres, porque tuya es la tierra y tuyos los frutos que produce ...
Tú, que
formas las nubes y las esparces según la voluntad de tu justicia, para
premiarnos si somos buenos o castigamos si somos malos ...
Tú, que has
concedido a la Agricultura, para enaltecerla, el honor más grande con que pudo
soñar, que es el servir al sacerdocio la materia propicia para el Augusto
Sacramento, manjar de nuestras almas ...
Señor, por
tus bendiciones, por tu promesa de bienaventuranza, por las gracias que nos
concedes y los favores que nos dispensas... Por todo, dígnate recibir la
ofrenda del trigo que a tus pies depositamos en reconocimiento de tu poder y
supremo dominio sobre todas las cosas y en testimonio de la gratitud que te
debemos por los constantes beneficios recibidos.
Con la
ofrenda del trigo, aceptad también, Señor, la de nuestros corazones, unidos en
hermandad de amor a tu casa, con la promesa de ser fieles a tus leyes y a las
de la santa madre Iglesia, inspirados en el ejemplo de sacrificio y de santidad
que nos dio nuestro excelso Patrono, San Isidro Labrador, que con Vos y
Jesucristo, Redentor nuestro, vive y vivirá siempre por los siglos de los
siglos.
El sacerdote procede a la bendición de la ofrenda, a
cuyo final expresa: Con gozo santo, en
nombre de Dios nuestro Señor, acepto el don que le ofrecéis. Merezca él sobre
vosotros, labradores [y ganaderos]
hermanos, la protección del Cielo. Guardaré como un tesoro este trigo, para que
le cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, en el cual se convertirá un día por las
palabras de la consagración, sea fuente de gracia, alimento de vuestras almas,
fortaleza de vuestro espíritu y viático de vuestro viaje a la eternidad en la
hora de la muerte. A lo que el labrador responde: Así sea, para después descender al sitial que ocupaba.
Después se celebraba la procesión, a
cuya finalización se bendecía el ganado, en la que el labrador que había
realizado la ofrenda mantenía el acetre con el agua bendita en la que el
sacerdote moja el hisopo. Después se procedía a la Puja del ganado, y continuando con la narración de Martín Brugarola:
Antes los señores más ricos se disputaban
dos o más reses pertenecientes a sus medianeros o labradores pobres, y de este
modo se premiaba el estimulo y el afán de mejorar el ganado, teniendo siempre
ejemplares preciosos.
En 1950, segundo año de su restauración, se celebra el martes 17 de enero.
Desde las páginas de Alas de fé se
clama por la necesidad de instaurar una
organización interna con la cual mejorar su celebración:
Primera:
la fiesta de San Antonio Abad es la fiesta del Patrono de Arona. Por tanto no
es ningún señor en concreto, ni ninguna Entidad en particular, la que tiene que
dictaminar sobre el caso, ni imponer su voluntad contra la voluntad popular.
Segunda:
Es el Párroco, asesorado y secundado por la comisión que tenga a bien nombrar,
é único, con autoridad propia, que puede y debe trazar las líneas definitivas
de la Fiesta y autorizar la publicación de sus programas.
Tercera:
Todo el pueblo, desde el alcalde hasta el último habitante de Las Galletas,
debe ponerse a disposición del Señor Cura, y ofrecerle, no sólo sus donativos,
sino su cooperación personal, por si la necesitase.
Cuarta:
Como fiesta del Patrón del Pueblo, el Ayuntamiento está particularmente
obligado a cooperar en los gastos y brillantez de la Fiesta, ya que el Ayuntamiento
es la más genuina representación del pueblo. Las atenciones para con los
forasteros y los agasajos o brindis que hayan de hacerse a las personas de
categoría que asistan a la fiesta, deben correr a cargo del Ayuntamiento y
dispensarse en sus salones y dependencias.
Quinta:
Cualquier entidad que quiera asociarse a la fiesta y hacerla secundariamente
suya, será admitida a este noble propósito sin voz ni voto, sino aceptando las
condiciones que se le impongan.
Sexta:
la Comisión elegida organizará la Romería, el desfile de los animales, el
concurso de premios, el nombramiento del jurado, y cuantos detalles y
pormenores conduzcan al mayor esplendor de la fiesta.
Estas
son las ideas, que, llevadas honradamente a la práctica, habrán de constituir
para ahora y para el futuro el verdadero código y reglamento de la fiesta
popular y patronal de San Antonio Abad.
Y de esta manera siguió realizándose
hasta la década de los años setenta. En 1971 se celebró el sábado 17 de enero.
Este año se emite una invitación por parte de Eugenio Domínguez Sierra,
Presidente de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Arona, en la
que se especificaba los actos a realizar: Misa
al Santo Padrón. Terminada la Misa, bendición del ganado, donde se otorgaran
premios a los mejores ejemplares. Terminados los actos, la Hermandad dará un
vino español a las autoridades, labradores y ganaderos. A mediados de esta
década de los setenta la comida se comenzó a organizar en la plaza y el 17 de
enero de 1976 se bendijo una nueva cruz, en la Cruz de San Antonio, al lado de
ese viejo camino de herradura que comunicaba Arona con Vilaflor.
Con motivo del Bicentenario de la
Parroquia de San Antonio Abad, celebrado en 1996, y del Ayuntamiento de Arona
como Entidad Local, entre 1998 y 1999, se efectuaron diversas actividades conmemorativas para
resaltar estos acontecimientos. Así el miércoles 17 de enero de 1996 se
efectuó, durante el oficio religioso, la Ofrenda
del Báculo y Corona a San Antonio Abad por la Corporación Municipal, tal
como consta en su programa de mano de ese año, después de la cual se verificó
la procesión nocturna con ascenso hasta la Cruz de San Antonio. El viernes 19,
de este mismo año, así como 18 de enero del año siguiente, se organizó un Acto Folklórico “Homenaje a San Antonio
Abad”, a cargo del Grupo de la Escuela Municipal de Folklóre.
Festejos en San Antonio Abad |
En estos años de finales de la
década de los noventa se promueven actividades que impulsan los festejos como
exposiciones de vestimenta tradicional, de pintura o fotografía, muestras de
artesanías o homenajes a la Tercera Edad. El primer Baile de Magos se celebró,
en el antiguo cine, el sábado 17 de enero de 1998. Y la primera vez que se opta
por la elección de Romera de estos festejos lo fue en 1999, eligiéndose entre
nueve candidatas que habían sido reinas de otros tantos lugares en el Municipio
durante el año anterior. Por Arona, Vanessa González Afonso. Buzanada, Silvia
Rodríguez León. Cabo Blanco, Idaira Morales Mesa. La Camella, Ana Delia
Hernández. Las Galletas, Desiré Suárez. Guaza, Leticia Martín Miranda. Valle de
San Lorenzo, Mª del Carmen Pérez García. Villa Isabel, Gloria Esopi León. Y la
representante de Los Cristianos, Cristina Monreal Alayón, que resultó elegida
Romera de San Antonio Abad. Y fue al año siguiente cuando También se elige a la
representante de la Tercera Edad.
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