domingo, 8 de agosto de 2021

Cita del Sur 25. El paisaje productivo como elemento de identidad, de Antonio Bello Pérez


Cita del Sur 25. El paisaje productivo como elemento de identidad, de Antonio Bello Pérez

Fotografía: Cultivos en Granadilla de Abona

 

Cual muestra de ese apego a lo que nos ha llegado de nuestros antepasados, y del modo que debemos preservarlo, citar a Antonio Bello Pérez (San Miguel de Abona, 1940 – 2015, Madrid), nombrado en 2009 hijo adoptivo de Granadilla de Abona, donde se trasladó en su infancia, doctor en Ciencias Biológicas, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pionero en nematología agraria y en agroecología.

En el pregón que leyó Antonio Bello Pérez con motivo de los festejos en Arico, en septiembre de 1990, habló de ese paisaje productivo, el paisaje creado por el hombre en el continúo diálogo con la tierra sobre la que actúa, transformándola en estructuras y sistemas de gestión de gran complejidad, que son capaces de producir sensaciones y respuestas de tipo afectivo y estético. Con ello queremos recordar que el hombre no sólo es capaz de destruir, erosionar, uniformar con el cemento, creando ambientes que son iguales en todas partes del mundo, sino que es también capaz, en diálogo con el medio físico y con la naturaleza, de proteger y crear paisaje que llamamos paisaje productivo, con el fin de integrar en un mismo concepto el monte, los cultivos y el mar, los tres elementos productivos que armónicamente configuran el municipio de Arico, o lo que es lo mismo la ganadería, la agricultura y la pesca, que son elementos complementarios en el sistema productivo de este municipio. 

Prosigue con reflexiones sobre sus propias vivencias en este árido paisaje de la amplia Comarca de Abona y su paisaje productivo que define su identidad, sobre todo con la cultura del jable, y sus ventajas para la captación y mantenimiento de humedad, además de una larga ristra de ventajas tanto para los cultivos como en la preservación del paisaje. E incide que la cultura del jable se ha sobrepuesto a una anterior, frutal, cerealista y ganadera, y que se manifiesta en paredones, cercas a los frutales, nateros, eras, hornos, pasiles, cuevas, corrales, chozas, viviendas, atarjeas, caminos, y un extenso etc.

Todo ello constituye nuestro paisaje, nuestra seña de identidad, con colores que son realmente tonos cambiantes según la hora del día o la época del año, que van del blanco con tonalidades rosadas de las paredes de las huertas de jable a los grises de las rocas de basalto, hasta los negros y rojos de nuestros conos volcánicos donde destacan la simetría de los paredones que en otra época sirvieron para el cultivo del cereal o las cercas que protegen a los cultivos del ganado.

Promulgaba la protección de nuestra unidad paisajística, con la obligatoriedad de intentar preservar para el futuro, esta cultura propia y diferenciada en cada uno de los pueblos que conforman este Sur. Y no solo ese paisaje visual, sino además lo que aporta de riqueza el aroma y el sonido de nuestros campos. El paisaje como un todo que conforme nuestra identidad.

 

DOCUMENTACIÓN:

BRITO, Marcos: Bandas del Sur. Caminos y veredas en otras miradas. Llanoazur ediciones, 2020.