Vidrio, Mesembryanthemum nodiflorum |
En los años de sequía más de una familia tuvo que recoger
semillas de una planta rastrera, el vidrio, Mesembryanthemum nodiflorum, para
hacer gofio de vidrio. En esos años que las lluvias no eran suficiente para dar
una cosecha de cereal, sí lo era para que germinara y se desarrollase esta
planta, que se da con suma facilidad en nuestros parajes costeros. Hubo dos
épocas en las que se acentuó su utilización, la primera Guerra Mundial y en la
Guerra Civil Española y años posteriores, llegando incluso su recolección hasta
finales de los años cuarenta.
Barrilla, en primer término, y vidrio, rojizo |
Según apunta, en 1941, Luis Diego Cuscoy, cuando se
encontraba de maestro en la Escuela Unitaria de Cabo Blanco, y que los recogió
tanto para el vidrio como para la barrilla, en los parajes costeros del
término municipal de Arona: Guasa, Cabo Blanco, La Rasca, donde ambas especies
se dan en extraordinarias proporciones. Recogí también por allí las formas
vidre, vidro, vridio. Y que le
fueron aportados por los habitantes de aquella comarca que, en aquellas
fechas, llevaban ya unos cinco años sin haber podido verificar la siembra de
cereales. Suelen aprovecharse las primeras lluvias de otoño y aún las de
invierno, escasas siempre, para preparar las sementeras: la germinación está
asegurada, pero la mayoría de las veces la planta se agosta al poco tiempo por
falta de nuevo riego y ni siquiera llega a espigar.
El proceso de la obtención de este gofio es arduo, lento
y fatigoso. Se recogen las cápsulas y en sacos se llevaban a la costa y se
vaciaban en los charcos. Al mojarse las cápsulas, durante toda una noche era lo
ideal, se ablandaban, después se pisaban para facilitar que se desprendiese la
semilla, la cual es más pesada y se quedaba en el fondo y la cápsula vacía,
flotaba. Se sacaba la diminuta semilla y se ponía al sol a secarse, luego se
tostaba y se molía. El gofio resultante era de un color semejante al chocolate
y algo salado por el procedimiento utilizado para su obtención. Se solía tostar
en un tostador de barro y luego moler en algún molino, para lo cual se tenía
que llevar un saco de cereal para molerlo después del vidrio, con el fin de que
no quedasen sus restos en las piedras del molino. Se consumía de las mismas
maneras que el gofio de cereal. Con la barrilla, Mesembryanthemum crystallinum,
se sigue el mismo procedimiento de obtención, pero su destino era el consumo
animal.
Poceta para remojar el vidrio. Malpaís de Rasca, Arona |
Penosa labor, la que se realizaba para obtener este
producto, a modo de ejemplo sirva el obtenido por la vecina de Las Galletas,
Rosario Domínguez Rodríguez [San Miguel, 1908 - Las Galletas, 2003]. Cuando
todavía era una niña, estuvo con su padre Domingo Domínguez, su tío Antonio
Morales y su hermano Domingo, realizando estas tareas de recogida de vidrio en
la zona de la Punta de la Rasca y El Fraile; en tres meses de duros trabajos
obtuvieron 22 fanegas de gofio de vidrio.
Restos de poceta, para remojar el vidrio en primer
término, y para su posterior secado. El Camisón, Los Cristianos
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