Higos tintos en Benítez
El higo tinto, que se consumía fresco, fue alimento
que ayudó a mitigar la miseria en algunas etapas de este Sur. Según recuerda el
cabrero Salvador González Alayón, en Fañabé, el año cuarenta y uno y eso,
eso salvó mucha hambre, mató mucha hambre. O Gaspar Morales Reverón, que desde la Asomada de los Eres, Los
Cristianos, se trasladaba en la noche a buscar una cesta de higos tintos a
Los Pedrones, allá en Fañabé, donde le dicen el Granero Negro parriba.
Asimismo se encuentran referencias documentales de
las dificultades que motivaba las escasas cosechas, sobre manera en los
períodos de guerras y entreguerras. Que sobre todo repercutía en las capas más
desfavorecidas, como se cita para Arona, donde hay familias que han tenido
que reducir a una sola sus tres comidas diarias; otras que, como único recurso,
han tenido la hoja del nopal cocida o el higo tinto (cuyo destino es el del
ganado).
El gofio tiene muchos senderos, y con higos tintos
forma un vínculo perfecto, que en muchos momentos de penurias fue comida
principal.
Fotografía: Higos tintos. Benítez, Adeje, abril de
2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario