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Festejos en la década de 1920 |
El domingo 17 de septiembre de 1899 se celebró, en el
barrio pesquero de El Médano, la primera festividad en honor de Ntra. Sra. la
Virgen de las Mercedes de Roja. Ese día se bendijo la Ermita, que fue costeada,
al igual que la Imagen de la
Virgen de las Mercedes de Roja, por Antonio Martín Sierra, en cumplimiento de
una promesa.
El Médano era una pequeña aldea que en 1900 contaba
con un total de 24 edificios de una planta y una población de hecho de 70
personas. Inicios de siglo donde el precio del kilo de queso rondaba la peseta
y media; la docena de huevos, la peseta; la docena de naranjas, a 0,40
céntimos; o los cien kilos de almendras a 20 pesetas. Por ese entonces en El Médano
existía una taberna, de Graciliano García, y la casa de huéspedes de Prudencio
Alonso. En estos años contó con la pista que la comunicaba con Granadilla,
favoreciendo con ello el transito de mercancías a través de los barcos de
cabotaje, carga y pasajeros que recalaban, por medio de lanchas, en un pequeño
embarcadero que se construyó en la Playa Chica; con anterioridad al
muelle-embarcadero de la década de los años treinta.
En El Médano se debió amanecer con alegría en esa
mañana del 17 de septiembre de 1899. A las diez de la mañana se efectuó esta
bendición, fue amenizada por una banda de música que formaron un grupo de
vecinos. La función religiosa estuvo a cargo del párroco de San Miguel de
Abona, José Trujillo Trujillo, con la intervención del de Granadilla de Abona,
Manuel Hernández Reyes.
Después de la celebración litúrgica se celebró una
procesión con la Imagen, cortejada de los numerosos fieles que se reunieron en
el lugar. Acompañados por la banda de música se acercaron al mar, recorriendo
parte de la orilla al son de voladores. La costa de El Médano se vistió de
gala, con las casas y los barcos de pesca adornados con banderas. Por la tarde
de este primer día festivo se realizaron juegos de cucaña, carreras de sacos, y
comenzaron los paseos y los bailes.
Además de contar con la presencia de los barcos
“Tenerife” y “León y Castillo”, cuyas dotaciones participaron activamente en el
regocijo popular, con el lanzamiento de cohetes. El primer barco citado solía
variar su itinerario para acomodarlo a la demanda de los pasajeros que
quisieran venir a las fiestas, como así se anuncia en 1900, donde en lugar de
partir, desde Santa Cruz hacía el Sur el domingo y regresar el miércoles, lo
realiza el sábado, a las seis de la mañana, y regresa el martes. En estos
primeros años también recaló en sus costas el “Chasna”, como así sucede en
1904, cuando parte desde Santa Cruz de Tenerife en la mañana del día 17, para
aquellos que deseen asistir este día y el siguiente.
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El Médano, la iglesia a la derecha. Finales de la década de 1950 |
A través de estos primeros programas de fiestas a los
que hemos tenido acceso, podemos ir conociendo como se fueron desarrollando,
así los festejados el 19 y 20 de septiembre de 1903 contaron con la celebración
de dos procesiones, una en cada día citado. Son manifestaciones de culto, como
la anteriormente reseñada, donde no consta que la Imagen se embarque y recorra,
por el mar, la costa como se desarrolla en la actualidad. Así el primer día, recorrerá
las playas, seguida del clero y la música, acompañándola por las orillas varios
botes engalanados e iluminados, disparando multitud de cohetes. Este es el primer año en el que participa
el párroco de la Parroquia de San Antonio de Padua, Esteban Hernández Ramos,
que llegó destinado a Granadilla de Abona a comienzos de 1903, y donde
permaneció hasta su muerte, acaecida en 1936.
Además de los religiosos citados en estos primeros
años también se tiene referencias de otros que ejercieron el noble acto de la
oratoria, como el ejercido el 16 de septiembre de 1906, en el que participó el
Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral, Licenciado don Jerónimo Padilla y
Morales. Asimismo este mismo
año se reconoce la labor efectuada por dos jóvenes que fueron el alma de
aquella: D. Inocencio García Feo, seminarista, y don Virgilio Villalba Fuentes,
sochantre. El primero de
ellos, Inocencio García, ejecutó el sermón, ya siendo sacerdote, en los
festejos de 1911.
El domingo 20 de septiembre de 1903 la banda de
música, compuesta por aficionados del pueblo de Granadilla de Abona, tocó, a
las siete de la mañana, en la playa, trasladándose después a la Iglesia, donde
a las diez se ofició una misa. A su fin se sacó la Imagen en procesión, acompañándola,
además del clero, la música y la danza, formada ésta por varios aficionados que
vestirán los trajes de este antiguo baile, recorriendo parte de las playas y
calle del Progreso despidiéndose a la imagen al entrar en la ermita, con
multitud de cohetes y recámaras. Podemos suponer que esta danza bien podría ser la de Varas de Las
Vegas, de la que hay constancia de otras ocasiones que se ha trasladado a El
Médano.
Son festejos preparados con austeridad, pero con una
gran devoción. Así los de 1900 se celebran el domingo 16 de septiembre: a
más de los actos religiosos, habrá música, juegos y cucañas; se elevaran globos
aerostáticos, y por la noche se quemarán fuegos de artificios, sin faltar el
indispensable espectáculo teatral. A Los actos que se organizaban para estas celebraciones, como la música
o la danza, con tanta aceptación y participación de los vecinos de Granadilla
de Abona, hay que irles sumando otros tantos que se iban añadiendo cada año. Ya
se han citado las cucañas, los globos aerostáticos o los bailes y paseos con
música, que se ejecutaban en las primeras horas de la tarde, como el de 1903: a
las tres de la tarde tendrá lugar un baile popular en una de las playas
Otro de los actos de gran relevancia eran las
comedias representadas por aficionados, como las de 1903, donde se personificó
el drama Gonzalo de Córdoba.
Las de 1906 estuvieron representadas por jóvenes de Arico y por otros de la
localidad. En estos primeros años del siglo XX se van introduciendo otras
actividades como las carreras de cintas, las regatas de botes y la natación.
Festividad de Ntra. Sra. de las Mercedes de Roja,
festividad de culto y devoción, de esperanza, de súplicas y ruegos, de
promesas, de tradiciones y recuerdos. Conmemoración de la que se han vertido
numerosos escritos, de la que se han inspirado prosistas y poetas, como el
devoto Blas Batista Pérez, y su poema Mi Suplica: Virgen-Madre, a tu santuario,/erigido en esta
orilla,/ llega el creyente canario/ para doblar la rodilla/ y besar tu
escapulario./ Escuchas del caminante, la más ferviente plegaria; y al partir el
emigrante/ de estas costas de Nivaria,/ su ¡adiós! Te da, sollozante./ en ti cifra
su esperanza/ el que a tus plantas se postra, teniendo entera confianza/ de que
las penas que arrostra,/ mitiga con tu alabanza./ Yo te invoco en mi quebranto/
y mi duelo se aminora/ cuando, asido de tu manto,/ te ofrendo, Excelsa Señora,/
los raudales de mi llanto./ No te pediré favores,/ que muchos me has concedido/
en otros tiempos mejores…/ Para el mundo estoy servido;…/ me basta con mis
dolores./ Más, permite que al final/ de mi vida transitoria,/ reciba, desde el
umbral de la mansión de la Gloria, un saludo conyugal.