Taller de rosas en el Valle de San Lorenzo. Finales
década de 1920
Rosa o roseta, roseta o rosa, que de las dos maneras
se define, se conoce este hermoso vals entre alfileres, de aguja e hilo; pero
con la voz rosa con un mayor grado de tradición. Arte que transitaba desde las
manos de las madres a la de las hijas, que contribuía en el sustento para
conseguir unas pesetas con las que engordar un escuálido presupuesto familiar.
Era una tarea que preferentemente se hacia a ratos, de día, en el zaguán, en el
patio, en la puerta de la casa; de noche, a la luz de un quinqué de petróleo;
como complemento de los quehaceres diarios: la familia, la casa o la
medianería.
En la fotografía se aprecia a las roseteras, que a
finales de la década de 1920, trabajaban
en el taller que María Hernández Reyes, La
Cabuquera, situado en El Barranquillo, Valle de San Lorenzo. Sentadas, de
izquierda a derecha: Quiteria, Felisa
García Cejas y Juana Bello Hernández. De pie: José Linares Reverón, Argelia
Bello Hernández, Dolores Sierra, Josefina García Cejas, Cristina, y Leonarda Sierra. La que asoma a la puerta es Antonia
Donate; y el niño, Pablo Hernández.
Documentación: BRITO, Marcos: Valle de San Lorenzo. Imagen y memoria. Llanoazur ediciones