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Grupo en festejos del Cristo de la Salud, Arona. Antonio Rodríguez, El Ciego, a la derecha, con gafas |
La perdida de visión fue el motivo por el que se le
apoda a Antonio Rodríguez, El Ciego.
Este vecino del Valle de San Lorenzo fue un gran parrandero, bastaba su sola
presencia para animar cualquier baile en buena parte de este Sur. Donde sonara
el laúd o el acordeón del Ciego del Valle representaba un buen baile, una buena parranda.
Otro parrandero como José García Domínguez, José
Rubio, de la familia de Los de
Lera, puntea que bastantes veces
coincidió en estos menesteres con Antonio Rodríguez. ¡No parrandié yo con el
Ciego! Con Antonio, vivía en El Barranquillo, tocaba la guitarra, tocaba el
laúd, tocaba el violín, tocaba la bandurria. Añade que además escribía sus cantares, como el que le dedica a varias
vecinas del Valle de San Lorenzo, madres e hijas: Seña María el Cabuquero/
quiere mucho a su Juanita/ doña Mercedes a Blanquita/ y doña Lola a Consuelo.
Documentación: BRITO, Marcos: Nombretes en el Sur
de Tenerife. Y Arona. Tradiciones
festivas. Llanoazur ediciones
Se desconocen
a las personas que integran esta imagen, salvo, y según apuntó Julio Hernández
Pinto, su abuelo Baldomero Hernández Hernández, “es la figura central de los que están en
pie.”