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Romería de San Roque, 2001 |
El Municipio de Vilaflor
asoma a la década de los años veinte rondando los mil quinientos habitantes,
con su vida cotidiana volcada entre la agricultura y la ganadería; tierra de
pastores y de cabras; tierra de lentejas y de trigo, de papas y de higos; de
buena carne y de buen vino para acompañar los festejos que, en honor de San
Roque y San Agustín, se conmemoran en los últimos días del mes de agosto.
Década de los años veinte donde las escuelas estaban ubicadas en casas
alquiladas para tal menester, la de niños deambuló entre La Cruz, La Ladera y
después en la Calle del Medio; la de niñas en las Cuatro Esquinas. El Hotel de
San Roque lo regentaba José
García Amador; un molino de gofio y una fábrica de gaseosa poseía José Miranda;
y unas cuantas tiendas como las de Roberto Díaz, José García o la de Fernando
Pérez.
Los festejos que se desarrollaron en Vilaflor a
finales de la década de los años veinte, se solían celebrarse en dos o tres
días, entre el 26 y el 28 de agosto. La noche del 26 se anunciaban con
voladores, al tiempo que las parrandas, que iban llegando de los pagos cercanos
y de algunos pueblos vecinos, ya afinaban cuerdas y gargantas. Algunos años,
como el de 26 de agosto de 1926 una cabalgata de gigantes y cabezudos recorría
las calles del pueblo; cabalgata que en 1928 se efectúo en la tarde del día 27,
una vez iniciados los actos religiosos de la mañana. Los inicios eran más
frecuentes el día 27, con una función religiosa en la ermita de San Roque para
con posterioridad trasladar la imagen de San Roque en procesión hasta la
Parroquia de San Pedro Apóstol, acompañando el recorrido los voladores y los
repiques de campana. A su llegada se efectuaba un panegírico en su honor, que
normalmente lo ofrecía un párroco de un pueblo vecino, como en 1928 que lo
celebra el de San Miguel de Abona. O como el efectuado al año siguiente, donde
la misa fue amenizada “por el trío que dirige el señor Morales, tomaran
parte las autoridades, hermandades y el pueblo en masa. El recorrido del
santuario al Templo se hará entre voladores y repiques de campanas, ocupando a
continuación la sagrada cátedra el párroco de la localidad, don José Uriarte.
Terminada la función religiosa se inaugurará el magnífico bazar, organizado a
favor de las obras de la iglesia parroquial.” Obras de restauración que se venían solicitando
desde hacía varios años, por el mal estado general que presentaba la Parroquia.
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San Roque |
El día 28, festividad de San Agustín y día grande de
los festejos, se oficiaba una misa a primeras horas de la mañana y después se
realizaba la procesión con las imágenes de San Roque y San Agustín. Momentos de
devoción y máximo fervor, tal como lo plasmaba la prensa de la época: “Todas
las mujeres sacaron de sus baúles el traje solemne, flamante y de color
vistoso. La plaza de San Pedro estallaba de alegría. Las cajas de turrones se
vaciaban; giraban sin cesar las ruedas en los puestos de rifas; los naipes
renegridos se barajaban entre pilastras de monedas de cobre; corría el vino por
las mesas, manchando los trajes nuevos; el olor de la carne adobada se difundía
en la tarde tibia; la gente se agrupaba para presenciar un baile o una graciosa
carrera de burros. De pronto, en la alegría de la Plaza de San Pedro, voltearon
solemnes las campanas. San Roque volvía a su ermita, subiendo el camino en
cuesta, largo y terroso. Las mujeres se preparaban a cumplir las promesas.
Había que subir desde la iglesia de abajo hasta la ermita, acompañando de
rodillas al santo.”
Con posterioridad los actos populares invadían la
plaza de la parroquia y sus aledaños, verbenas y representaciones teatrales por
aficionados del pueblo no faltaban en cada uno de los días. De esta última
resaltar la puesta en escena el día 28 de agosto de 1928 de la “función
teatral a cargo del cuadro de aficionados de este pueblo, poniéndose en escena
el drama de Manuel Cano Fuentes, Bajo el Cristo del Perdón.” Y donde intervinieron María León, Fulgencio
Hernández, Raúl Fumero, Domingo Hernández y Dolores Hernández.
Otros actos populares que se desarrollaron en estos
años fueron una tirada de pichón, o las carreras de cintas en coche, como la
del 28 de agosto de 1928, “A las 17, carrera de cintas en automóviles,
ocupados por distinguidas señoritas. Para este número han sido invitados todos
los propietarios de coches de Vilaflor y pueblos comarcados. A las 18, desfile
de todos los automóviles que hayan tomado parte de la carrera.” Vehículos que ascendían desde Granadilla de
Abona por una serpenteante pista que se había terminado recientemente.
Reseñar dos veladas literarias que se celebraron en
1928 y al año siguiente. El primer año se efectuó por vez primera en Vilaflor
una fiesta literaria de este tipo. “A las 15, Fiesta de la Región Sur, en la
que estarán representados todos los pueblos de esta zona por bellas señoritas,
las que leerán los distintos trabajos que para este festival ha remitido cada
pueblo.”
San Agustín, 2008 |
Esta fiesta tuvo como presentador a Manuel Rodríguez Escalona, escritor
nacido en Cuba, que se asentó en Vilaflor a comienzos de la década de los años
veinte y que tanto escribió glosando las excelencias de este pueblo.
Participaron la escritora, vecina en esos años de Granadilla de Abona, María de
las Casas Pérez; el abogado Leoncio Pérez; el poeta Germán Fumero Alayón, que
tanto representó para el pueblo de Vilaflor, donde ejerció múltiples cargos,
como el de Alcalde o Juez Municipal; y el médico Antonio Pérez Díaz; cerrando
el acto Isabel Fraga y María Fumero de León que leyeron sendos trabajos de Juan
Pérez Marrero y A. Hernández Mora.
Romería de San Roque, 2011 |
Las parrandas y los bailes no faltaban en
todos estos días de esparcimiento. Cualquier lugar era apropiado para
iniciarlo, sobre todo sobresalían los de la plaza de la Parroquia y los del
Casino. Como se recoge en el programa de 1928, el día 27, a las tres de la
tarde, se efectuaron los festejos populares en la plaza del general March; y a
las ocho de la noche se inicia la verbena en la misma plaza que como tal se
designó en 1912, por el entonces Capitán General de Canarias, Emilio March. Asimismo
de este año hay una referencia a un baile organizado en los salones del “Casino
Villaflorense”; sociedad
recreativa que se había formado tres años atrás y que contaba como presidente
de honor al viejo y estimado poeta Germán Fumero Alayón, y como presidente al
maestro, Manuel Cáceres.
Años veinte de festejos austeros,
determinados con la devoción que se profesa en buena parte del Sur por San
Roque y San Agustín; organizados por miembros de la Corporación Municipal y
vecinos prestos a cualquier bien colectivo, como la comisión de 1929, que
estaba presidida por el Alcalde, Fulgencio Hernández y que la completaban:
Andrés Fumero, Emeterio Martín, Antonio Domínguez, Manuel Rodríguez Escalona,
Francisco Lorenzo, Cipriano Cano, Raúl Fumero, Federico Siverio y Eloy
Lorenzo.
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