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Pegón. Por el cabrero José Trujillo |
Para evitar que el baifo
estuviese mamando todo el día en la ubre de la cabra o que dejara de mamar
definitivamente José Trujillo [Vilaflor, 1927] ha utilizado el frenillo, pero ha preferido recurrir
con más frecuencia al pegón, al trozo
de tela pegado a la teta de la ubre con la savia de la tabaiba dulce. Ellas comen igual, el frenillo no le quita a
ellas, no.
Para el pegón se utiliza la savia de la tabaiba
dulce, Euplorbia balsamifera, que una
vez seca, ya bien sea pinchando la planta y dejándola que se seque o bien cocinándola. Con la tabaiba, se empega una cabra y el
baifo sale más adelantado, no pierde de comer. La coge en leche y después la
guiso, hay quien la golpea y después se puede coger en la planta al cabo de un
tiempo, lo que pasa que después esa tabaiba desuella un poco la teta de la
cabra, le hace daño a la teta de la cabra.
Cuando la corto, la voy cogiendo en un cacharrito, eso en
poco tiempo se coge pa empegar, bueno, un montón de tiempo, y después la guiso,
se levanta peor que la de cabra, más fuerte, sin agua y sin nada, se levanta
parriba como leche cabra, y usted va revolviéndola con un palito hasta que ella
se va quedando cujada.
El después se coge el pegón, que se hace de un pantalón
cualquiera, un pedazo de tela, la tabaiba la pone pegada al pegón, a todo largo
y según le va dando vuelta se va pegando en el pegón. Se le enrolla en la teta
de la cabra, la primera le coge el pesón pero como está guisada no le hace
daño.
Documentación:
BRITO, Marcos: José Trujillo González.
Maruca Cabrera Bethencourt. Cumbre y costa en la memoria. Llanoazur
ediciones.
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