domingo, 18 de agosto de 2013

Carretera de San Marcos a Santiago del Teide y Guía de Isora


  Obras a su paso por Santiago del Teide

 
El proyecto de la carretera de San Marcos, en Icod, a Guía de Isora se inició a la par que el muelle embarcadero de la caleta de San Marcos. Al unísono se muestran las quejas por los continuados retrasos para iniciar su ejecución. Desde finales del siglo XIX se encuentran múltiples informaciones donde se recoge los malestares por las demoras en la construcción de una vía que enlazara el Norte con el Suroeste de la isla. Desde los primeros años del siglo XX se subastaron las obras en su primer tramo, pero al no estar culminado el expediente de expropiación, los propietarios de los terrenos se niegan a conceder el permiso para su ejecución. Las peripecias de estas obras se alargan aproximadamente unas cuatro décadas, los fondos se consignaban a cuentagotas, y se iban subastando trozos de carreteras según su disponibilidad. Como ejemplo de abandono y desidia anotar que el primer trozo, de San Marcos a Icod, se anunció su subasta en 1902, pero todavía estaba en obras en 1931.
  Santiago del Teide, 1933
La carretera fue una larga petición con la que paliar la falta de trabajo en todas estas décadas que transcurrieron hasta su llegada a Guía de Isora en los años treinta. Los cíclicos periodos de sequías motivaban que cada cierto tiempo se reabrieran las quejas. La erupción del Chinyero, acaecida en noviembre de 1909, también originó múltiples peticiones que esta carretera se incluyera en los proyectos a realizar urgentemente. La emigración de los años veinte fue una sangría para estos municipios del oeste de la Isla. Las suplicas reiteradas por la ejecución de obras públicas no sólo era una necesidad para comunicar estos pueblos, para lo que todavía había que recurrir a las bestias y a los malos empedrados caminos, sino que además era una gestión precisa para paliar la falta de trabajos, era un acto de misericordia. Por la prensa de la época era frecuente encontrar noticias dramáticas, como la de vecinos de Santiago de Teide, “que se ven sin tener donde ganar el sustento, están emigrando en masa. Son ya más de 30 casas las que están cerradas, por haberlas abandonado sus moradores, los cuales se encuentran hoy diseminados en varios pueblos de la isla, mendigando trabajo, cualquiera que sea, que les permita ganar un pedazo de pan.”
Son infinitos los proyectos, las reformas, los comienzos de las obras, las suspensiones por falta de medios económicos. Como ejemplo los trozos 2º y 3º, los que partían de Icod hacia El Tanque, se estaban ejecutando en 1919, a comienzos de 1920 se paralizan por falta de financiación, y en marzo de 1921 se informa como una noticia de gran trascendencia que se va a  recibir una concesión especial de 20.000 pesetas para continuar con su construcción. Era tal el desanimo que incluso a finales de la década de los años veinte se suplicaba por su terminación. 
Para llegar a Santiago del Teide y a Guía de Isora por el norte, se iba en coche hasta Icod de los Vinos, algo más de dos horas desde Santa Cruz de Tenerife, luego en alguna bestia por la cumbre. A finales de los años veinte se llegaba, con automóviles, a Guía de Isora por el sur, pero dando infinitas vueltas por las múltiples pistas que se iban construyendo por este lado Sur. 

  Calle de La Libertad. Guía de Isora
En 1930 ya se había llegado a Santiago del Teide, un año después estaba finalizada el trozo de Chío a Guía de Isora. En palabras de Antonio Martí, “Chío y Guía se comunicaban, hasta no hace mucho tiempo, por medio de un mal camino de herradura, invirtiéndose en cubrir la distancia más de una hora, al cansino paso de las bestias. Hoy podría recorrerse el trayecto, en automóvil, en unos minutos”. Pero la carretera está cerrada por no estar entregada oficialmente. En esta época había que ir por Arguayo en bestias y coger el coche en Santiago del Teide, “pero ha llovido. Hay unos pasos malos a la altura de Erjos. Falta por construir unos puentecillos. Afirmar cierto trozo desmontado. Cuestión de poco dinero y de poco trabajo también. Por estos dos pocos, Santiago del Teide, Tamaimo, Erjos, toda una zona importante y rica, permanece incomunicada.”  
Los tramos se iban abriendo, pero al mismo tiempo quedaban pequeños trozos por rematar, por acondicionar; pequeños puentes que el agua los hacía intransitables, en suma que era una pequeña aventura recorrer esta carretera. En de mayo de 1932 se inauguró oficialmente la pista “de Santiago del Teide a Chío, pista que ha venido a cerrar el circuito de circunvalación de la isla”, con la asistencia del “Gobernador Civil el Cabildo en pleno y autoridades de la capital y de otros pueblos.”
Aún cuando esta inauguración podría hacer pensar que este proyecto estaba finalizado, no fue así. Todavía se estaba en obras para su llegada a Guía de Isora, y además el enlace de éste último a Adeje no se finalizaría hasta la década de los sesenta. Por entonces el tan cacareado anillo insular peregrinaba por un laberinto interminable de pistas. En junio de 1932 se informa que los trabajos en el quinto trozo están muy avanzados, cuyo contratista, Juan Fernández Oliva, creía que en julio se podría autorizar el paso de los vehículos hasta Tamaimo. De hecho en las fiestas de Santa Ana, a celebrar a finales de julio, se preveía la primera llegada de automóviles. En esta fecha varios vecinos de Santiago del Teide muestran sus quejas por la cantidad de polvo que levantan los coches que transitan por esta carretera, al cruzar por el mismo centro del pueblo y no estar asfaltada, para evitarlo solicitan se le dote de una capa asfáltica.
Los últimos tramos continuaban con su engorroso proceso de subastas y comienzos de obras, así el último tramo, para su llegada a Guía de Isora, se subastó en 1933. La empresa Entrecanales y Tavora comenzó las obras el 6 de abril, ocupando en ellas a treinta peones, produciéndose quejas por estar empleando a tan pocos obreros.
Las imágenes que acompañan este artículo se sitúan, dos en Santiago del Teide. Una de ellas con la carretera en obras, alrededor de 1930, y otra, de agosto de 1933. En ambas se nos muestra la pista con una línea de viviendas alineadas solamente en el lado del naciente de la carretera general. La tercera imagen pertenece a Guía de Isora, a comienzos de los años treinta, con uno de esos primeros automóviles que transitaban por sus calles, en la Calle de la Libertad o Calle de Arriba como se conoce en la actualidad, o de Manuel Luengo, como se aprobó, por la Corporación Municipal, en diciembre de 1909, en atención al interés mostrado por el que fue Gobernador Civil Interino en el transcurso de la erupción volcánica del Chinyero, acaecida en noviembre de ese año. A la izquierda se contempla la plaza de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Luz, y justo detrás del automóvil transcurre el Barranco de Ntra. Sra. de Guía.

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