jueves, 10 de agosto de 2023

Primeros parrales en Vilaflor de Chasna


 

 
Primeros parrales en Vilaflor de Chasna

Marcos Brito

 

Como explica Pedro Miguel Martínez Galindo en La Vid y el Vino en Tenerife en la primera mitad del siglo XVI [Publicado por el Instituto de Estudios Canarios. La Laguna, 1998]. las tierras de Abona y Adeje no fueron puestas en explotación en los primeros años de su colonización debido a la calidad de la tierra. La zona de Chasna pasa por varias manos antes de comprarlas en 1525 Juan Martín o Martínez de Padilla, quien inicia su explotación, además de adquirir otras propiedades en la comarca. Al casarse su hija, Juana de Padilla, con Pedro Soler, le permite a éste acceder a esta propiedad, y con ellas obtuvo, además, unas 78 reses vacunas y bueyes para sus yuntas. (…) Para ayudarle en la tarea de cultivar y desarrollar la propiedad, Martínez también le concedió a Soler 400 reses ovejunas, 150 puercos, 400 fanegas de trigo, 300 fanegas de cebada, 8 bestias asnales y 10 doblas de una deuda que le debían.

 

Continúa Martínez Galindo apuntando que Pedro Soler declaraba en un memorial, en mayo de 1531, que había poblado Chasna, donde de un año hacía esta parte poco más o menos yo he poblado y pueblo un lugar en el término de Abona… e hecho edificar y edifico a mi costa un templo e iglesia que se nombra del Sr. San Pedro, y puesto muchos parrales y hecho un molino de moler pan y sacado aguas con mucho trabajo… porque vienen de más de una lengua por canales de madera y hago un camino para carretas desde la hacienda hasta el mar y hecho otras haciendas así como desmontar tierras para pan y para azúcares y hecho otros beneficios en el término de Abona, siendo como he sido el primer poblador del dicho término de que estaba desierto y sin población ninguna ni haber haciendas ni coger ningún fruto ni esquilmo y de su causa el dicho término se ha ido poblando y hacer vecinos hasta veinte o veinticinco personas y han hecho sus casas de morada. Con la redacción de este memorial pretendía solicitar al Rey ciertas concesiones, como la construcción de unas salinas en la costa de Abona y Adeje, así como la autorización de aprovechamiento de otras aguas en la comarca Sur o la madera precisa para la ejecución de todas estas actividades: viviendas, iglesia, parrales, canales de agua, o un ingenio de azúcar. 

 

En 1535 Pedro Soler devuelve esta propiedad a su suegro, aunque años después la familia Soler se hará cargo otra vez de esta hacienda, y entre los mejoramientos que se citan se da cuenta de la entrega de 500 cabezas de ganado ovino, un caballo, 8 camellos más una esclava. Este autor cita que en 1546 la hacienda no había sufrido variaciones apreciables y que su economía fundamental era la ganadera. 


Prosigue Martínez Galindo apuntando que, a mediados de la década de 1530, la viticultura seguía siendo la principal actividad agraria en las tierras de regadío de la hacienda de Chasna. Al no lograr los permisos para la obtención de un mayor caudal de agua y de madera, su industria azucarera y el ingenio se ralentizaron, por lo que se incrementó la superficie dedicada a la vid.