lunes, 16 de junio de 2014

Guripas en Vilaflor

  Grupo de presos políticos, Guripas, y militares en La Montañita. Vilaflor, comienzo de la década de 1940
Guripa fue un insulto, un desprecio, que con el tiempo se ha tornado en sobrenombre con el que se cita, entre los viejos vecinos de Vilaflor, a los presos políticos que la Dictadura de Francisco Franco empleó en la construcción de la carretera de La Orotava a Vilaflor. Guripa era como despectivamente se dirigían, a este grupo de presos políticos, los militares que los custodiaban, y Guripa fue como después los llamó un pueblo que los acogió, que se solidarizó con ellos en momentos difíciles. Y uno de estos Guripas fue Ángel Fernández Tijera (Santander 1920), a quien trasladaron a la zona en 1941 y relata las miserias por las que trascurrió en esas labores o el malvivir en los diversos campamentos que habitaron mientras avanzaba la pista. En Boca Tauce, en la zona de la galería del Dornajito, en Fuente Fría, en Los Charquitos, y en el Pino de la Escopeta, donde después se instaló la embotelladora de El Pinalito, hasta que fueron acogidos en diversas casas del pueblo de Vilaflor. Pico, pala, carretilla nada, al hombro, con cestas que hacían en el Norte, de castañeros, y habitar en chabolas, con piedra seca y rama de escobón y de pino, los techos, pero cuando llovía teníamos que salir ya enchumbados y sentarnos en una piedra y toda la noche lloviendo con la manta encima.
Y es Ángel Fernández Tijera quien también anota la aplicación de la acepción despreciativa de la palabra guripa, la de golfo o pillo, tal como la expresaban los militares que los custodiaban, quienes les decían: dónde va ese guripa, ellos nos llamaban guripas, bandoleros y bandidos, ese era el tratamiento que nos daban.Luz de farol, sosegando la penumbra de los caminos. Buena noche desde este Sur.

Bibliografía: BRITO, Marcos: Nombretes en el Sur de Tenerife. Llanoazur ediciones