lunes, 5 de mayo de 2014

Antonio González García, cho Antonio el Calanero


Antonio González García, cho Antonio el Calanero


Antonio González García, Cho Antonio el Calanero, fue pescador y carpintero de ribera en Alcalá, Guía de Isora. Su apodo surge al trasladarse a Valle Gran Rey, en La Gomera, por degeneración del gentilicio de su procedencia, alcalanero. Reseñas que se obtienen de un artículo de Vicente Borges en el que se aportan algunas referencias de este natural de Alcalá que continuó con las mismas labores en Valle Gran Rey.
El pescador más viejo de Valle Gran Rey se llama don Antonio González García, conocido familiarmente en el pueblo por Cho Antonio `El Calanero´, por proceder de Alcalá, tierra de su colega Manuel `Capitán´.
Antonio González García, Antonio el Calanero, le narra al reportero algunos datos, en éste artículo publicado en febrero de 1958, como su descripción física o su edad. El bravo don Antonio, “El Calanero”, habla de la mar y de sus bromas. Le rodea la gente pescadora. El es el más viejo y la voz más autorizada. Un pescador, alto como un palo mayor y derecho como un remo.
Tengo ochenta y seis años y dos días. También tengo memoria … Cuando el Sudeste hincha la nariz nos tumbamos en la arena. ¡Qué salgo otro¡ Y le advierto que tenemos pescado en esas aguas para atender a lo que pida cualquiera. Hace dos años pescamos un atún de cuatrocientos kilos.
Vicente Borges le pregunta como es el pescador gomero, a lo que responde: De lo mejorcito. Y mire que so soy de Alcalá … En Tenerife no somos mancos en la faena de la pesca pero aquí tampoco. Le aseguro que cuando el atún se pone tonto hacemos un capital. ¡Si en estas mareas tuviéramos las calmas de Alcalá!
Continúa relatando sus vivencias en la dureza de la pesca. Todas son duras. La albacora se las trae. Si no tuviéramos estos callos en las manos no podríamos pescar ni una. A lo que añade Vicente Borges: Es maravilloso ver como una liña de doscientos metros se desliza con la velocidad del rayo por estas manos de don Antonio sin cortar ni dañar.
Asimismo narra desde cuando reside en La Gomera. Hace cuarenta años que llegué a La Gomera y aquí he trabajado de maestro de ribera. Muchas lanchas he preparado con estas mismas manos. Manuel Álvarez de Alcalá, todavía tiene una de las que hice, hace más de medio siglo. Y le ha dado guerra, no crea. Pero sigue tan fuerte como siempre. ¿No es eso compadre?
Asimismo relata quien le enseño en éste arte: Maestro Bernardo, de Adeje, fue quien me enseñó. Para hacer una lancha recia lo primero es asentar las ´aquellas` de rodas y cuitas. Los maderos vienen `a menos` hasta que lleguen a proa. Las llevo hechas hasta de quince quintales. Una de diez metros de largo está en Agulo cumpliendo como manda Díos.
Y allí deja a Antonio el Calanero, impartiendo lecciones a quien le quiso escuchar: Don Antonio y la compañía empinan los vasos y sonríen. Después se tumban en la arena. Sopla el Sur.

Bibliografía: BRITO, Marcos: Nombretes en el Sur de Tenerife. Llanoazur ediciones

Arona. c. 1890

Arona. c. 1890
Imagen tomada desde El Calvario, muestra una panorámica del casco de Arona. En esta época su población, que en 1900 no llegaba a los trescientas personas, habitaba las casas que se agrupan, principalmente, alrededor de lo que en la actualidad configuran las calles Duque de la Torre, José Antonio Tavío y Domínguez Alfonso. En el centro se aprecia la Parroquia de San Antonio Abad; al fondo se contempla un grupo de casas diseminadas que conforman el barrio de Vento, y, como delimitación del espacio, el Roque del Conde.

Bibliografía: BRITO, Marcos: Paisaje en las Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960]. Llanoazur ediciones