martes, 22 de noviembre de 2016

Castañas en el Sur. Asadero en Taucho



Castañas en el Sur. Asadero en Taucho

Con el otoño las castañas adquieren su plenitud de forma y sabor, y aunque los castañeros no abundan en este Sur si se puede apreciar su esbelto porte en pequeños grupos o aislados.
Tanto en la toponimia como en referencias documentales existen reseñas de que fue un cultivo con mayor importancia que la actual. Así en Vilaflor, en el arbitrio sobre los productos de la tierra para el año de 1932, en el que los agricultores estaban obligados a presentar una declaración jurada de la cosecha, dentro de los 8 días siguientes a su recolección, se  fijó el precio de cada producto: Trigo, fanega, veinte pesetas. Higos, sacos, gomeros, treinta pesetas, y blancos, veinte. Almendras y castañas, fanega, treinta pesetas.
Y sobre todo las castañas llegaban del Norte, a través de los caminos de la cumbre, como así lo recuerda Victorino Gómez Oramas, al rememorar algunas labores de su abuelo, Salvador Gómez Pérez, quien mantenía, en las primeras décadas del siglo XX, buenas relaciones con las personas que del Norte se trasladaban al Sur para la venta e intercambio de productos de la tierra, y que se quedaban en su casa de El Majuelo, San Miguel de Abona. Ellos traían castañas y las cambiaban por brevas pasadas, ¿sabes?, nos dejaban una cesta de castañas y nosotros le dábamos una cesta brevas, cambiábamos cuando estábamos allí en San Miguel.

Fotografía: Asadero en Taucho, noviembre de 2016. Maestro asador: José Damián Barrera Martín


 
José Damián Barrera Martín