jueves, 17 de julio de 2014

Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos

 
 
Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos, c.1960

En el Municipio de Arona se encuentran diversas referencias de cuevas que fuesen utilizadas como vivienda, oquedades abiertas, sobre todo en montañas de picón, de ejecución rápida como las existentes en las montañas, de las Cuevas, de Guaza, de El Mojón; en Las Pardelitas, habitadas permanentemente en las primeras décadas del siglo XX y después de manera ocasional debido al traslado en las épocas de siembra y recolección de cereales. O de forma natural como la Cueva de la Rasca, habitada en la época estival cuando se trasladaban a rascar la sal. Pero si en algún sitio proliferaron en gran medida eso fue en la Montaña de Chayofita en Los Cristianos.
De estas cuevas se tiene referencias escritas desde, al menos, 1860, donde ya se recoge en el Nomenclator de ese año la existencia de una. En el Diccionario Estadístico-Administrativo de las Islas Canarias, de Pedro de Olive, editado en Barcelona en 1865, se especifica que el caserío de Los Cristianos lo componen 3 edificios de un piso, 1 de dos y 1 choza o cueva. La construcción de estas cuevas experimentó un auge a partir de la segunda década del siglo XX. Significando en 1945, y según informe emitido por el Ayuntamiento de Arona,  casi una cuarta parte del puerto de Los Cristianos.
Los vecinos que habitaban estas cuevas escavadas en el picón de la Montaña Chayofita tuvieron varios altercados motivados por la falta de una vereda adecuada para acceder  a sus viviendas. Ello motivó que el Ayuntamiento tomara el acuerdo de construir la vereda, o calle, que de las dos  formas se citan en el acta municipal del 8 de septiembre de 1935, bajo la presidencia de Miguel Bello Rodríguez: que el trazado de la calle de referencia debe partir desde las cuevas que habitan los vecinos, D. Diego Brito; Don Juan Díaz; D. Antonio Marcelino; D. Juan Pérez Morales; y D. Victoriano Delgado; con una dirección aproximada de 35 grados sobre el Norte, con el desnivel que el Ayuntamiento debe señalar en el momento oportuno. También se comunica a D. Antonio García para que levante un muro por la parte oeste de la casa que tiene situada al Norte de la Pista en el trayecto que da a la vía pública, a fin de evitar el transito que por tal causa existe por aquel lugar con perjuicio de los demás vecinos. El trazado que se cita, el lugar donde vivían estas personas, es lo que hoy se conoce por la calle del Nido, por instalarse en la década de los cuarenta este tipo de fortificación militar en ella.

 
Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos, década de 1960

De esta época se publicó un artículo de Luis Álvarez Cruz donde nos relata la razón principal de su construcción, su menor coste. El risco se socava en unas semanas; en ocasiones hasta en pocos días. Y así mientras la edificación de mampostería eleva su nivel de gastos a la cifra de tres o cuatro mil pesetas, por lo menos, para conseguir un tipo de vivienda elemental, la cueva apenas si cuesta un montoncito de dinero, unas cincuenta pesetas. Con esto queda resuelta satisfactoriamente la cuestión que atormenta al hombre de la ciudad: la casa. Los hombres de este lejano rincón del Sur han planteado y resuelto su problema. En las entrañas vírgenes de la roca han labrado su casa, han enjalbegado de blanco en interior, le han colocado una puerta al hueco, y sin más preámbulos, se han acomodado en ella. Gente con pocos recursos, humildes, pero además luchadores para sacar adelante una vida que se les ponía ladera arriba, y citando una vez más al gran periodista, con una sonrisa en los labios y con la íntima satisfacción de haberle hecho trampas limpias al juego sucio de la vida.

 
Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos, década de 1960
En Los Cristianos la década de 1950 se inicia con una población de 904 personas, 4.690 eran los habitantes del Municipio de Arona. Estos novecientos moradores, residían en 123 viviendas y 60 cuevas, además de otras 15 edificaciones para otros usos. La ladera del solar destinado a la cueva se cortaba a pico, se abría la puerta y por ella se horadaba el habitáculo. Las más de las veces el mismo hueco de la puerta servía para colocar una pequeña ventana encima, se enjalbegaba con cal, de la mejor, la de El Camisón, y se le colocaba una puerta, que también las hubo tapadas con tela de saco. El que pudiera, un pisito de arena y cal, más tarde cemento. Con el tiempo han sido transformadas en edificios de viviendas, que en algunos casos conservan estas cuevas en su trasera.
A algunos vecinos que habitaron en un momento u otro en estas cuevas horadadas en la Montaña de Chayofita o Montaña Grande como también se le conoce entre sus moradores más cercanos, se les cita por el apodo motivado por residir en ellas, como el de Román Domínguez Melo, conocido por cho Román el de las Cuevas, o el de su hijo Luis el de las Cuevas.


Documentación: BRITO, Marcos: Los Cristianos 1900-1970. Vida cotidiana y fiestas populares. Y Paisaje en las Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960]. Llanoazur ediciones