viernes, 25 de septiembre de 2015

Labores de siembra de papas. Valle de San Lorenzo

 


Labores de siembra de papas, en una huerta de jable situada en Chindia, se utiliza la camella de cho Perico el de la Calle, Pedro Delgado, a quien se le ve sentado a la izquierda de la imagen. Otras personas que participan en esta tarea colectiva son, de derecha a izquierda, José Domínguez, Pedro Gómez, América Hernández, Alejandro y Candelaria.

Publicada en: BRITO, Marcos: Valle de San Lorenzo. Imagen y memoria. Llanoazur ediciones.
De cuya edición se extrae:
“El Valle de San Lorenzo fue el lugar con mayor número de camellos en el Municipio de Arona, desempeñó un papel importante en la vida de este pueblo. Se utilizaba para arar, para trillar, para el transporte, de todo lo transportable: jable, pinocho, ataos de tomates, cantos, papas, arena, piedras, plátanos; grandes y menudos; carga y transporte.
Nos dejo una profesión, casi olvidada: camellero. Para serlo se requería unas buenas dosis de destreza, sobre todo en épocas de celo, experiencia y temple.
De la existencia, en el Municipio de Arona, de los camellos hay constancia desde el siglo XVII, pero no es hasta el siglo XX cuando su cifra es significativa, sobre todo en las décadas de los cuarenta y cincuenta cuando están registrados su mayor número, rondando los cien ejemplares, decayendo a partir de los sesenta. A modo de ejemplo desglosamos por barrios los 99 que se recogen con fecha 31 de diciembre de 1945. Un dromedario, que sería su verdadera denominación, había en cada uno de los barrios siguientes: La Sabinita, Guaza, Montaña Fría, Mojonito, Chayofa, Topo, y Cruz Alta. Dos, en Túnez, de Francisco Cabrera Tacoronte y Vento. Con tres, Altavista y Las Madrigueras, estos últimos pertenecientes a Antonio Domínguez Alfonso. Con seis, Hondura y Cabo Blanco. Con siete, Los Cristianos, de los cuales cuatro eran propiedad de Miguel Bello Rodríguez. Con ocho, Arona casco, tres de Eugenio Domínguez Alfonso. Con catorce, Buzanada. Y el resto, cuarenta y uno, estaban censados en el Valle de San Lorenzo. Estos eran: Feliz Bello Pérez. Antonio Delgado. Delgado Delgado (sic). Nicolás Delgado Hernández. Juan Delgado García. Pedro Delgado García. Esteban Domínguez Alayón, con dos. Juan Dorta. Francisco Dorta. Ismael Díaz. José Díaz. Antonio García. David García Valentín. José García Torres. Esteban García Valentín. Abel García Martín. Ángel García González. Benito González Fumero. Diego González. Pedro González. Adolfo Hernández. Tomás Hernández. Pedro Hernández. Miguel Hernández Cabrera. Elías Hernández del Rosario. José Hernández. Leonardo Hernández Torres. Severiano Hernández. Antonio Hernández Cabrera. Pedro Melo. José Martín García. María Nieves. Antonio Pérez. Luis Pérez Hernández. Benigno Reyes. Torres Pastor. Aquilino Tejera García. Eladio Sierra. Agustín Sierra. Francisco Sierra.
Los 23 camellos que todavía quedaban en el Valle de San Lorenzo, en 1959, con dedicación a la agricultura, los poseían: Tomás Hernández González, Lucía Cabeza González, María Nieves García, Otilia Reyes García, Juan González Hernández. Antonio Delgado Hernández. Diego Hernández Moreno. Antonio Hernández Rodríguez. Antonio Hernández Cabrera. Francisco Dorta Díaz. Leonardo Hernández Torres. Pedro González García. Rafael Sierra Cruz. Severiano Hernández Feo. Elicio Marrero Valentín. Pedro Delgado García. David García Valentín. Dionisio Donate Valentín. José García Torres. Salvador Hernández Sierra. Herederos de Juan Jiménez. Antonio Hernández Sierra. José Domínguez Morales.”

Programa de los festejos en San Miguel de Abona. 1920

 

Programa de los festejos en San Miguel de Abona. 1920



Festejos religiosos y populares, que como en la actualidad se celebran alrededor del último fin de semana de septiembre, en torno al día 29, festividad de su patrón, San Miguel Arcángel.
Festejos que solían desarrollarse durante dos o tres días, como los de 1920 que se alargaron entre el 28 y el 30 de septiembre, en cada uno de ellos se comenzaba en día con un oficio religioso, siendo el del día 30 una promesa de “Petra Pulido, viuda de Reverón”. De este año se podría resaltar la cabalgata que partió de la plaza y recorrió las calles del pueblo, con jóvenes luciendo “caprichosos trajes”. Otros actos populares que no solían faltar en estos años eran las sortijas a caballo, como la que se efectuó en la calle de El Álamo, a las cuatro de la tarde del segundo día, para la cual las jóvenes del pueblo confeccionaban las cintas; o las diversas representaciones teatrales.
La sortijas a caballo eran uno de los principales actos, en los que rivalizaban numerosos jinetes llegados de muchos lugares del Sur de la Isla. La sortija a tenido otros métodos para su ejecución, ya sea en bicicleta, en camellos o en automóviles, como así ocurrió en la tarde del 29 de septiembre de 1929.