María Isabel González López |
María Isabel González López, o doña Mari como se le
nombra en Las Galletas, nació el 14 de enero de 1936, en Los Realejos. Su
vocación hacía la educación le llevó a obtener el título de Maestra de Primera
Enseñanza, fechado en Madrid el 31 de marzo de 1959. En 1961 obtiene su primera
plaza por oposición en Buenavista del Norte, el curso siguiente ejerce su
maestría en Cádiz y en septiembre de 1963 se hace cargo de la escuela de Las
Galletas, cuyo lugar no conocía.
A este pueblo de pescadores llegó en agosto de 1963,
para conocer como era el lugar en el que estaba previsto que pasase los
siguientes dos años de su vida. El primero de septiembre tomó posesión oficial
de la escuela y se trasladó a vivir a Las Galletas, con el tiempo suficiente de
acondicionar su escuela y su hogar. “Era la casa escuela, la escuela y el
recreo, era el edificio más grande que había cuando llegué, porque María Lala
que estaba al lado sólo tenía la planta baja donde tenía el supermercado.” El
recreo era un patio murado donde los chiquillos pasaban sus ratos de
esparcimiento, y en los que habían dos baños. La escuela poseía el aula de
clase y una pequeña habitación que funcionaba como biblioteca y almacén. La
casa escuela contaba con tres habitaciones, salón, cocina, baño y patio
interior.
A Las Galletas llegó con su marido, José Reyes
Rodríguez, con su madre, María López González, y embarazada de su hija Maribel,
que nació en febrero de 1964; su otro hijo Felipe lo fue casi cuatro años más
tarde. Los primeros días dispuso su vivienda, para la que trasladó sus muebles,
y una vez instalada salió a conocer el barrio, a sus gentes, a ese mar al que
tanto le gusta asomarse. En ese su primer paseo conoció a una maestra de San
Miguel de Abona, que se acababa de jubilar, Andrea Galván, la que se sorprendió
por ver a la maestra que tomara posesión a primeros de septiembre, cuando lo
usual era que llegaran en octubre, e incluso en noviembre se iniciaron en
algunos cursos.
María Isabel González López y sus alumnas |
No fue fácil iniciar su nueva vida, de hecho no fue
cómodo ni llegar, ya que lo tuvo que hacer por una pista de tierra que partía
desde San Miguel, pasaba por Aldea Blanca, Guargacho y entraba a Las Galletas
por La Ballena. Llegó a una casa escuela que no disponía de luz eléctrica y
para abastecerse de agua contaba con un bidón en la azotea, que en la mayoría
de las ocasiones se encontraba vacío por no tener suficiente caudal el
suministro municipal. Y por supuesto, sin teléfono; y con unas casi nulas
comunicaciones con el exterior, la guagua a Santa Cruz, la de “José el del
micro”, salía a las cinco de la mañana y regresaba a la una del mediodía desde
Santa Cruz. Y otra guagua que venía por la mañana de Granadilla y partía de las
Galletas por la tarde. Pero superó todas esas dificultades, con las que creció
como persona, e hizo progresar a muchos de los habitantes de Las Galletas, a
todos esos niños que durante más de treinta años transitaron por su inteligente
proceder.
A Las Galletas llegó con todas sus alforjas llenas de
ilusión, con la casa a cuesta, a comienzo de la gestación de su hija. A La
Cigarra, donde estaba ubicada la primera escuela, en la actualidad lo está el
Centro Cultural, arribó en el verano de 1963 con el propósito de cumplir los
dos años que le marcó su destino escolar. La escuela se encontraba en las
afueras del pueblo, con vistas libres al mar y a la montaña, a la que solía
contemplar desde su frecuente asiento en los dos escalones que se encontraban
al pie de la puerta de la cocina, orientada al norte.
En 1967, junto a su marido, abrió el bazar El Cardón,
“pequeñito, abrimos con cuatro cosas, más bien lo que teníamos era calados,
porque ya empezaron a venir los primeros turistas de Ten-Bel.” Impartió, junto
con la colaboración de su esposo, clases particulares de mecanografía, de
preparación para el ingreso, primero y segundo de bachillerato; además de
trasladar a los alumnos a La Laguna para su examen.
María Isabel González López y sus alumnos en 1981 |
Todos estos años, hasta que se jubiló en 1998,
siempre impartió clases en su vieja aula de la Punta de la Cigarra, salvó dos
años en el inicio de la primera escuela de El Fraile. Llegó por dos años y aquí
continuó hasta su fallecimiento en 2011, viendo crecer este pueblo de
pescadores, participando en la vida social y cultural como una más, lo que
llevó a un grupo de vecinos a proponer al Ayuntamiento de Arona que se le
pusiese su nombre a la calle en la que habitó, a la que se conoce como Calle
Isabel González López tras el acuerdo adoptado por el Ayuntamiento Pleno en
sesión del siete de junio de 2000. Aquí permaneció entregando su amor a la
docencia, aquí continuó recogiendo, día a día, las muestras de afecto de los
habitantes de este noble pueblo, de jornaleros y pescadores, que desde el
primer momento la acogió en el regazo de su historia.
Documentación: BRITO, Marcos: Arona en el recuerdo. Llanoazur ediciones
Documentación: BRITO, Marcos: Arona en el recuerdo. Llanoazur ediciones
fue la mejor maestra que tuve(1975?
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ResponderEliminarMuchos recuerdos de esa profesora nunca es tuve en clase yo fui al faro y luego en la finca los bebederos
ResponderEliminarLa mejor maestra que hubo y que habra en Las Galletas, gracias a ella el pueblo es lo que es, yo creo que el colegio de este pueblo deberia de llevar su nombre ya que ella fue quien creo el Colegio y la educacion en este pueblo, Luis Alvarez Cruz no tiene relacion con este pueblo en cambio Dña Mari lo tiene todo, donde quieras que estes Dña Mary gracias ppr toda su ayuda al estudio, jamas os olvidaremos ni a Don Pepe con ese palo largo que llevaba cuando la sustituia a Ud y llegaba por detras y nos daba un golpe momentos inolvidables
ResponderEliminarBuenos dias.
ResponderEliminarFue un referente para todos los jóvenes de Las Galletas y alrededores. Dña Mari se entregaba con pasion a enseñar. Era su vocacion.
Solo un apunte, ya que se nombra a mi hermana, decir que nuestro apellido es Lapetra todo junto. Gracias