Arico el Nuevo, c. 1890 |
El
25 de febrero de 1889 fue un día de fuertes lluvia en el Sur de Tenerife. Tal
como se informa en la prensa de la época, fallecieron dos personas que, a pesar
del mal tiempo, no quisieron pernoctar en Arico el Nuevo o en Arico el Viejo y
continuaron viaje al Lomo de Arico o Villa de Arico.
A
finales de febrero se reseña la
noticia en diversos periódicos, esta nota se refiere a la tempestad de la tarde
noche del 25 al 26 de febrero de 1889:
Aquí hemos tenido ayer tarde y anoche una tempestad
tremenda, de viento huracanado, aguas, relámpagos, truenos, y sobre todo un
frío intensísimo, como no se ha sentido jamás en esta comarca.
Para que usted se haga cargo de lo fuerte de esta
tempestad, le diré que ayer tarde, a eso de las cinco, pasaron por aquí dos
guardias provinciales que venían de Güímar con objeto de recoger caudales
procedentes de la recaudación que llevar a Santa Cruz. No quisieron hacer noche
en Arico, a pesar de la crudeza del tiempo, porque decían que necesitaban
llegar al Lomo. Siguieron y como a poco más de 1 kilómetro de este pueblo
amaneció hoy uno de ellos muerto; y el otro, aunque vivo aún, en grave estado.
Desde aquí salimos en su auxilio algunos amigos y le hemos dado cuanto hemos
podido; pero a pesar de todo creo que morirá dentro de pocas horas, si Dios no
se compadece de su estado. El primero, según dicen, deja siete hijos; el
segundo, cuatro. ¡Qué desgracia!
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