Esta festividad conmemora su onomástica, el 13 de
mayo, con una misa y una procesión desde la Iglesia hasta la conocida por la
casa de Mercedes Morales. Los actos populares, que como otras tantas de nuestro
municipio, no posee fecha fija ya que se formalizan el fin de semana siguiente
de la Romería de Fátima en el Valle de San Lorenzo.
La llegada de la Imagen de la Virgen de Fátima a La
Sabinita lo fue por la devoción y la perseverancia que tuvieron dos mujeres de
este barrio aronero, Mercedes Morales Alfonso y María Jesús Alfonso Batista.
Dos mujeres que iniciaron un largo peregrinaje de cuestación para poder
recaudar los fondos necesarios con los que adquirir esta Imagen de Nuestra
Señora de Fátima. El encontrar referencias escritas de estos hechos ha sido
imposible, por lo que se ha tenido que recurrir a la memoria de sus vecinos,
por un lado a dos personas que vivieron esos primeros momentos: Encarnación
Alayón Hernández y a Santiago Alfonso Batista; y por otro a Dolores Delgado
Cabrera, que de una u otra forma ha estado durante muchos años vinculada a la
organización de los festejos.
La Imagen de la Virgen de Fátima llegó a La Sabinita
a comienzos de los sesenta, se acogió en la casa de Mercedes Morales Alfonso,
donde se efectuaban oficios religiosos, primero en un cuarto de su vivienda y
con posterioridad, dado el número de vecinos que acudían, a la sombra de un
árbol, un falso pimentero, que está en sus proximidades.
Antes de realizar la primera fiesta en la Iglesia y
en su plaza, que como fecha más probable se podría citar la de 1975, se
organizaron otras conmemoraciones en un viejo salón de empaquetado de tomates
propiedad de Eugenio Domínguez, donde se efectuaban bailes para recaudar fondos
para la edificación de la Iglesia y para celebrar su festividad.
La Sabinita, 1998 |
Para llegar a tener la Iglesia disponible, en este
terreno donado por Eugenio Domínguez, se pasaron muchas calamidades, hubo que
buscar peseta a peseta con peticiones de todo tipo, con organización de bailes
o de alguna obra de teatro que se representó en el Casino de Arona, con la
venta de rifas, y con la aportación de los vecinos que habitaban en La
Sabinita; que bien se puede resumir con las palabras de Santiago Alfonso: se
hicieron mucho sacrificio en ese entonces.
Sus primeros años son reflejo de la humildad del
barrio, donde la mayoría de sus actos se centraban en los religiosos, los
ventorrillos y los bailes en el salón citado. Y donde resaltaba su procesión
por su largo recorrido, se puede decir que visitaba casi todas sus viviendas.
El 13 de mayo se oficiaba la misa bajo el árbol que se encuentra en la conocida
por la Casa de los Morales, a su termino se iniciaba la procesión que se
llevaba hasta Llano Bento, donde se realizaba un descanso a la altura de la
casa de Encarnación Alayón Hernández, para proseguir hasta los aledaños del
cruce de la carretera del Valle de San Lorenzo y Túnez, donde se efectuaba otro
descanso a la altura de la Casa de los Tanganillos, la de Antonio Delgado González.
El año de 1999 supuso un antes y un después en la
ejecución de estos festejos. Bajo la presidencia de Alicia Martín González,
arropada por un grupo de mujeres del barrio, se vuelve a realizar una misa y
procesión el día de su onomástica, el 13 de mayo, con una procesión desde la
Iglesia hasta la Casa de los Morales y regreso a la Iglesia. Los festejos
populares se celebran, como ya hemos apuntado, el fin de semana después de la
Romería de Fátima, además de oficiarse otra misa y procesión el domingo 23 de
mayo. Procesión que redujo su largo recorrido y se efectúa como la del día 13
de mayo, a cuyo fin se realiza una exhibición pirotécnica. Este año también se
dedica un día como homenaje a los mayores, perpetrado el viernes 21 con la
actuación de la Escuela Municipal de Folklore de Arona y una gran
chocolatada. Asimismo, y por
vez primera, se elige su reina de los festejos, con la participación de las
jóvenes: Jessica Reina Marfil, Vanesa del Rosario Fumero Brito, Sandra Mora
García, Nazaret García Beltrán, Mónica Pérez Alfonso y Yurena Pérez Alfonso, en
quien recayó el título de la primera reina de las fiestas de La Sabinita.
Y por este camino, que partió de la devoción de dos
mujeres, siguen evolucionando estos festejos realizados con el esfuerzo de un
grupo de vecinos que se empeña cada año en que no decaigan sus oficios
religiosos, cuyos actos principales son las dos misas y procesiones que se
realizan. Y cuyas actividades populares no olvidan nunca los juegos infantiles, las actuaciones de
folklore, las elecciones de sus reinas, los bailes en la plaza o los fuegos
artificiales.
Bibliografía:
BRITO, Marcos: Arona. Tradiciones festivas. Llanoazur
ediciones
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