Imagen de San Juan Bautista en el Valle de San Lorenzo |
El día 24 de junio se conmemora la festividad de San
Juan Bautista, pero es en su víspera cuando se rivaliza en la preparación de
las fogaleras, en la organización de los bailes, en la decoración con arcos de
hojas de palmeras, adornadas con rosquetes, flores y frutos amarrados con
fibras vegetales o vergas. Además de ciertas pillerías, al cambiar las macetas
con plantas y flores, de un lugar para otro, de una casa para otra. Y cuando ese
rescoldo se vuelve ceniza llegaba el apogeo de las supersticiones amorosas, el
conocer el nombre del que se iban a casar, con la colocación de tres papas
debajo de la cama; o el depositar flores bajo la almohada y esperar a soñar con
el que se iban a casar. Un día de múltiples costumbres, creencias ya casi en el
olvido, del que quisiéramos recordar algunos pormenores de los festejos que se
celebraban en la Parroquia de San Lorenzo Mártir en el Valle de San Lorenzo y
como eran las festividades en la década de los años veinte y treinta en la
Parroquia de San Juan Bautista en la Villa de Arico.
La Parroquia de San Juan Bautista, en cuyos
alrededores creció el pueblo, se fue completando con el paso de los años. Desde
su construcción como iglesia en los primeros años del siglo XVII, pocos años
después se erige Parroquia, y siendo al siglo siguiente cuando se edifica su
planta actual. Los festejos son siempre momentos propicios para añadir algún
elemento que embellezca cierta parte de la Parroquia, como en los celebrados
entre el 23 y el 25 de junio de 1920 cuando se inaugura un reloj que se instaló
en su torre, y que fue donado por jóvenes de la localidad que residían en Cuba.
Además de los actos religiosos, que los hubo los tres días, siendo el último
por promesa de un devoto, en estos años era usual que el día principal se
realizasen dos oficios religiosos y dos procesiones, una por la mañana y otra
por la tarde, quemándose los fuegos artificiales a la entrada a la iglesia de esta última.
En la década de los años treinta
se registra un aumento en el número y en la variedad de los festejos, donde se
introducen algunos deportes como la lucha canaria y donde cobra nuevos bríos
las representaciones teatrales, puesta en escena por vecinos, como la obra que
figuró en l932, “Los autores de mis días” y cuyo reparto fue: Manola,
María Morales Delgado; doña Olegaria, Dolores Gómez Morales; Librada, Matilde
Díaz Rodríguez; Rocío, Juana García Hernández; Casilda, Carmen Hernández;
Alberto, Agustín Morales García; don Constante, Pedro Díaz; Alejandro, Antonio
Morales Delgado; Salamero, Miguel Gómez García.
Parroquia de San Juan Bautista en la Villa de Arico. Finales década de 1920 |
Los bailes eran el remate de
cualquier buena fiesta y aquí no podían faltar los de la plaza a media tarde,
los de las casas particulares y los del Casino Atlántida los que era frecuente
que los amenizaran orquestas como la de El Escobonal, o los paseos después del
mediodía por la Banda de Música de Granadilla.
En el olvido han quedado los
festejos que se conmemoraban en la Iglesia del Valle de San Lorenzo; en cuya
Ermita, situada todavía en La Fuente y en cuyo inventario realizado con fecha 6 de mayo de 1889 por el párroco
Julio Mendoza Morera, se anota entre otros elementos, un retablo con tres
nichos, en el centro se encuentra una imagen de la Virgen de la Encarnación; a
su derecha, una imagen de San Lorenzo Mártir y en el de su izquierda, una
imagen de San Juan Bautista, con un corderito al pie.
La primera referencia que hemos encontrado de esta
festividad es la anotación que sobre ella realiza el párroco Ángel Serra Cortina,
en enero de 1915, y que hace mención que “a las ocho y media en punto de la
mañana de ese día, hay Misa cantada en la Ermita de S. Lorenzo, costeada por
los vecinos de aquel pago.” En el
Valle de San Lorenzo, según ha relatado América Hernández, Meca, en la puerta de la parroquia se formaba un arco con
palmeras, “le hacíamos unas fiestas igualito que a San Lorenzo, y le sacaban
en procesión y le hacíamos un arco en la Iglesia por fuera, un arco con todos
frutos y todo lo que se conseguía, y palmeras, iban los hombres a cortar las
palmeras, y en la misma, según es la puerta le hacíamos el arco. Y cuando
íbamos a los bailes hacían un arco en la pared del baile, en el salón del
baile. El día veinticuatro de junio hacíamos los bailes, porque nosotros hacíamos
los bailes desde las dos de la tarde, estábamos bailando, veníamos, cenábamos y
volvíamos otra vez y después a las doce o a la una ya nos íbamos a acostar
todos, pa trabajar al otro día. La procesión alrededor de la iglesia que era
toda de tierra.” Otros arcos se
confeccionaban en la puerta de lugar se realizara el baile, sobresaliendo en el
recuerdo los de Francisco Gómez en El Pinito y Pedro Hernández, en Chindia.
Meca nos apunta que se dejó de hacer, con esa relevancia, estando aún soltera,
puede ser con la llegada de la Guerra Civil Española. Hasta este final del
siglo XX cuando estos festejos tuvieron un relanzamiento religioso con la llegada del
párroco Buenaventura Herrera, según
comenta Paulina Delgado García, el 24 de junio se oficiaba una misa y se
bendecía el pan y los bollos, se realizaba un arco de frutas, además de una
procesión donde la imagen de San Juan era portada por mujeres. Se abandona su
ejecución con el traslado de este párroco a finales de la década de los años
noventa.
Mágica noche de San Juan, noche de anhelos y de
esperanzas, donde los albores eran momentos propicios para la curación de las
hernias, a través de pasar al niño por entre medio de la abertura de una vara
de duraznero. El día de San Juan marcaba una buena parte de la tradición en la
agricultura y la ganadería, en sus acuerdos o en la recogida de la cosecha de
cereal. Día de San Juan olvidado en el Valle de San Lorenzo, revivido en la
Parroquia de San Juan Bautista en Arico.
Documentación: BRITO, Marcos: Paisaje en las
Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960].;
Arona. Tradiciones festivas.
Llanoazur ediciones
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