Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos, c.1960
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En el Municipio de Arona se encuentran diversas
referencias de cuevas que fuesen utilizadas como vivienda, oquedades abiertas,
sobre todo en montañas de picón, de ejecución rápida como las existentes en las
montañas, de las Cuevas, de Guaza, de El Mojón; en Las Pardelitas, habitadas
permanentemente en las primeras décadas del siglo XX y después de manera
ocasional debido al traslado en las épocas de siembra y recolección de
cereales. O de forma natural como la Cueva de la Rasca, habitada en la época
estival cuando se trasladaban a rascar la sal. Pero si en algún sitio
proliferaron en gran medida eso fue en la Montaña de Chayofita en Los
Cristianos.
De estas cuevas se tiene referencias escritas desde,
al menos, 1860, donde ya se recoge en el Nomenclator de ese año la existencia
de una. En el Diccionario Estadístico-Administrativo de las Islas Canarias, de
Pedro de Olive, editado en Barcelona en 1865, se especifica que el caserío de
Los Cristianos lo componen 3 edificios de un piso, 1 de dos y 1 choza o
cueva. La construcción de estas
cuevas experimentó un auge a partir de la segunda década del siglo XX.
Significando en 1945, y según informe emitido por el Ayuntamiento de
Arona, casi una cuarta parte
del puerto de Los Cristianos.
Los vecinos que habitaban estas cuevas escavadas en
el picón de la Montaña Chayofita tuvieron varios altercados motivados por la
falta de una vereda adecuada para acceder
a sus viviendas. Ello motivó que el Ayuntamiento tomara el acuerdo de
construir la vereda, o calle, que de las dos formas se citan en el acta municipal del 8 de septiembre de
1935, bajo la presidencia de Miguel Bello Rodríguez: que el trazado de la
calle de referencia debe partir desde las cuevas que habitan los vecinos, D.
Diego Brito; Don Juan Díaz; D. Antonio Marcelino; D. Juan Pérez Morales; y D.
Victoriano Delgado; con una dirección aproximada de 35 grados sobre el Norte,
con el desnivel que el Ayuntamiento debe señalar en el momento oportuno. También se comunica a D. Antonio García para que
levante un muro por la parte oeste de la casa que tiene situada al Norte de la
Pista en el trayecto que da a la vía pública, a fin de evitar el transito que
por tal causa existe por aquel lugar con perjuicio de los demás vecinos. El trazado que se cita, el lugar donde vivían estas
personas, es lo que hoy se conoce por la calle del Nido, por instalarse en la
década de los cuarenta este tipo de fortificación militar en ella.
Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos, década de 1960
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De esta época se publicó un artículo de Luis Álvarez
Cruz donde nos relata la razón principal de su construcción, su menor coste. El
risco se socava en unas semanas; en ocasiones hasta en pocos días. Y así
mientras la edificación de mampostería eleva su nivel de gastos a la cifra de
tres o cuatro mil pesetas, por lo menos, para conseguir un tipo de vivienda
elemental, la cueva apenas si cuesta un montoncito de dinero, unas cincuenta
pesetas. Con esto queda resuelta satisfactoriamente la cuestión que atormenta
al hombre de la ciudad: la casa. Los hombres de este lejano rincón del Sur han
planteado y resuelto su problema. En las entrañas vírgenes de la roca han
labrado su casa, han enjalbegado de blanco en interior, le han colocado una
puerta al hueco, y sin más preámbulos, se han acomodado en ella. Gente con pocos recursos, humildes, pero además
luchadores para sacar adelante una vida que se les ponía ladera arriba, y
citando una vez más al gran periodista, con una sonrisa en los labios y con
la íntima satisfacción de haberle hecho trampas limpias al juego sucio de la
vida.
Cuevas en la Montaña Chayofita. Los Cristianos, década de 1960 |
En Los Cristianos la década de 1950 se inicia con una
población de 904 personas, 4.690 eran los habitantes del Municipio de Arona.
Estos novecientos moradores, residían en 123 viviendas y 60 cuevas, además de
otras 15 edificaciones para otros usos. La ladera del solar destinado a la
cueva se cortaba a pico, se abría la puerta y por ella se horadaba el
habitáculo. Las más de las veces el mismo hueco de la puerta servía para
colocar una pequeña ventana encima, se enjalbegaba con cal, de la mejor, la de
El Camisón, y se le colocaba una puerta, que también las hubo tapadas con tela
de saco. El que pudiera, un pisito de arena y cal, más tarde cemento. Con el
tiempo han sido transformadas en edificios de viviendas, que en algunos casos
conservan estas cuevas en su trasera.
A algunos vecinos que habitaron en un momento u otro
en estas cuevas horadadas en la Montaña de Chayofita o Montaña Grande como
también se le conoce entre sus moradores más cercanos, se les cita por el apodo
motivado por residir en ellas, como el de Román Domínguez Melo, conocido por cho
Román el de las Cuevas, o el de su
hijo Luis el de las Cuevas.
Documentación: BRITO, Marcos: Los Cristianos
1900-1970. Vida cotidiana y fiestas populares. Y Paisaje en las Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960]. Llanoazur ediciones
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