La Ermita de San Lorenzo Mártir en el Valle del
Ahijadero, Valle de Arona o Valle de San Lorenzo como se conoce en la
actualidad, se erigió en La Fuente en el primer tercio del siglo XVII. En 1923
comienza su traslado a su nuevo emplazamiento, que se finaliza el 10 de agosto
del año siguiente con la bendición de su templo en El Natero. La devoción por
estas imágenes trascienden los límites del Municipio de Arona, sobre todo es
frecuente que la compartan con los cercanos de San Miguel de Abona y Vilaflor,
desde donde se trasladan muchas personas en estos días del 10 y 11 de agosto.
Los festejos patronales de esta época, la de los años veinte y treinta, al
igual que el acontecer diario, eran austeras. De las celebradas en La Fuente se
conoce que comenzaban en las primeras horas de la mañana del día de San Lorenzo
con misa cantada, sermón y procesión en los alrededores de la Ermita. Al norte
de esta Ermita se encontraba un pequeño llano de tosca, allí se instalaban los
ventorrillos animados por parrandas; y al oscurecer le llegaba el turno a las
comedias, al frente de las cuales estaba Dolores García González, doña Lola.
La primera información que conocemos de como se
celebraban los actos religiosos las dejó anotadas el párroco encargado de su
Ermita, Julio Mendoza Morera, en el año de 1889: Día diez de Agosto fiestas
a San Lorenzo en la Ermita de su nombre con misa solemne, sermón y procesión.
Día quince de agosto fiesta de la Virgen de la Encarnación en la referida
Ermita de San Lorenzo con misa solemne sermón y procesión.
Por los datos que también dejó escritos, con fecha de
enero de 1915, el sacerdote Ángel Serra Cortina, los festejos trascurrían entre
estas dos fechas del 10 y el 15 de agosto, en las que asimismo anotaba las
quejas por la poca colaboración de los vecinos, como las celebradas en honor de
la Virgen de la Encarnación: A las siete y media en punto de la mañana de
este día, hay Misa rezada en la Iglesia Parroquial. A las diez de la mañana de
este día, hay Misa cantada, sermón y procesión en la Ermita del Valle de S.
Lorenzo, también costeada por los vecinos de aquel pago, pero sucede lo mismo
que por la fiesta de S. Lorenzo, que apenas recogen nada. También en la fiesta
de la Virgen reúnen todos los años de treinta a cuarenta pesetas, y solo un año
reunieron unas veinte.
En estas dos citas, la de 1899 y 1915, se tiene
constancia de la celebración de los festejos de la Virgen de la Encarnación el
15 de agosto, día de la Virgen María. Desconocemos con exactitud cuando se
trasladó esta celebración al día 11 de agosto, el día siguiente del San Lorenzo
Mártir. Sí que en los datos que hemos podido encontrar después de la Guerra
Civil Española ya se efectuaba ese último día. Por tradición oral, y según
cuenta América Hernández, Meca,
en la década de los años treinta se realizó esta festividad en su día natural,
el 25 de marzo, la de La Encarnación le daban también en redondo, allí en la
Iglesia, la única que daba la vuelta al Valle era San Lorenzo.
Virgen de la Encarnación, c. 1955 |
La devoción por estas imágenes ha modificado su
manera de ser, se han adaptado a los cambios sociales y religiosos, tal vez sin
tanto fervor como en otras etapas pretéritas, sin esa intensidad que se
manifestaba al bautizar a sus hijos con el nombre de estas imágenes religiosas.
Si buscamos en los libros de bautizo que se encuentran en la Parroquia de San
Antonio Abad, desmembrándose en 1796 de la de San Pedro Apóstol de Vilaflor, y
de la que dependía la Ermita de San Lorenzo Mártir, podemos encontrar después
de esta fecha, la veneración que se profesaba en el Valle de San Lorenzo por
las imágenes de San Lorenzo Mártir y sobre todo por la Virgen de la
Encarnación.
Así se puede citar, a modo de ejemplo porque la lista
seria interminable, a la niña que se bautiza el 1 de octubre de 1799 como
Josefa Agustina de la Encarnación, quien había nacido el 24 de septiembre y
era hija de Nicolás Reverón y de
Francisca Valentín. María Antonia Lorenza, quien nació el 19 febrero de 1800,
hija de Nicolás Reverón y de Francisca Valentín. María de la Encarnación, hija
de Juan Hernández y de Ana González, quien nació el 25 de septiembre de 1801.
María de la Encarnación, con fecha de nacimiento del 26 de octubre de 1802, e
hija de Josef Rodríguez de la Sierra y de María Reverón, que se anotan como
“naturales y vecinos de este lugar”, por lo que creemos que residían en Arona.
Asimismo se encuentra otra María de la Encarnación, quien nació el 25 de marzo
de 1803, hija de Pedro de Mena y de Juana Felipe Paladón, “vecinos y naturales
de este lugar.” María Justa de la Encarnación, nació el 28 de mayo de 1805.
Hija de Juan Oliva y María de la Asunción García. María Tomasa de la
Encarnación, que nació el 27 de noviembre de 1806 y siendo bautizada el 1
diciembre; hija de Pedro Antonio y de María de Gracia González. María Agustina
de la Encarnación, nació el 13 de abril de 1807, bautizada el 22 de abril, hija
de Damián de Fuentes y de Agustina del Rosario de Fuentes, “naturales de
Vilaflor y vecinos del Valle”.
Devoción que se continúa profesando a finales del
siglo XIX, como el de la niña que nació en La Fuente, el 27 de marzo de 1877, y
que se le puso por nombre el de María Eustaquia de la Encarnación, siendo hija
de Laureano Oliva Linares y María Antonia Monroy. En Beña nació Gregoria Urbana
de la Encarnación, el 27 de junio de 1877, hija de Lorenzo García Donate y
María González Martínez. En Llano Mora lo fue Juan Bautista María de la
Encarnación, el 16 de septiembre de 1877, hijo de Antonio Cabeza González y de
María Candelaria García Paz. Lo que denota la rápida aceptación de la imagen de
San Juan Bautista, que no se encuentra registrada en el censo de 1862, pero del
que si se tiene constancia de su festividad en 1889. Registrándose por lo menos
desde el año anterior a otros niños bajo ese nombre, como el de Eladio José de
San Juan Bautista, nacido en El Cabo, el 27 de octubre de 1876, e hijo de José
Valentín de San Juan Bautista. Asimismo en Llano Mora nació el niño Antonio
Abad de San Lorenzo, el 26 de enero de 1878, siendo hijo de Juan Valentín
Paladón y de María Isabel Sierra.
Documentación:
BRITO, Marcos: Valle de San Lorenzo. Imagen y memoria. Y Arona.
Tradiciones festivas Llanoazur ediciones
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