Santiago del Teide, 1890 |
La historia del Sur de Tenerife está plagada de desidias y abandono,
pero además de catástrofes naturales, como el temporal acaecido el 31 de
octubre de 1904 en el denominado Valle de Santiago, a partir de 1916 Santiago
del Teide, y según lo describe en
la prensa de comienzo de noviembre debió ser de los que no se espera ver nunca
más.
El día amaneció cargado de nubes, lluvioso, y fue al hacer la noche
cuando arreció la lluvia, los relámpagos, los truenos y la incertidumbre. “Así
continuó poco más o menos hasta la media noche, en cuya hora la tempestad
furiosamente desencadenada, mugía con fiereza sobre el pueblo y sus
alrededores. En esos instantes, ya la tranquilidad había alcanzado alarmantes
proporciones: los vecinos se asomaban a las puertas pidiendo socorro; las
mujeres a gritos y con lamentos que partían el alma, suplicaban auxilio. La
lluvia entre tanto caía cada vez con más fuerza; el ruido atronador de los
barrancos ensordecía e infundía pavor aún al menos pusilánime.
Cuando amaneció, la aflicción del vecindario fue aún mayor.
Entonces se pudieron apreciar los enormes daños que había causado el temporal:
los campos han quedado completamente arrasados, pues las aguas no solo
arrastraron consigo la tierra y los frutos, sino que arrancaron de cuajo los
árboles; los caminos obstruidos y, por consiguiente, intransitables y, en el
pago de Tamaimo, hubo necesidad de derribar varias casas para desviar las aguas
que amenazaban inundar al pueblo.
Los ancianos del lugar recuerdan que solo en el año 1834 hubo otro
temporal parecido al de ahora.”
Gracias por compartir. Es muy interesante.
ResponderEliminarGracias. Es muy interesante.
ResponderEliminar