La curiosidad por esta fecha hace que intente
retornar a lo acaecido en el Sur de Tenerife un siglo atrás. Un Sur abandonado,
falta de trabajo, sin apenas vías de comunicación, salvo caminos mal
empedrados, y una larga lista de necesidades de todo tipo. Se aguantaba con una
precaria agricultura de subsistencia muy dependiente del régimen de lluvias.
La carretera general del Sur, la carretera vieja, la que aún serpentea su gris marengo por cada loma
ocre, inició su andadura en Santa Cruz de Tenerife en 1864, pero no llegó a
Granadilla de Abona hasta 1933, y tuvo que pasar casi una década más para que
se pudiera circular por ella hasta el Municipio de Arona. En las primeras
décadas del siglo XX se comenzaron a estudiar, analizar, realizar planes,
variar proyectos, comunicar los inicios de las carreteras de las capitales de
municipios a sus puertos. Así surgió la de Arico al Porís de Abona; de
Granadilla de Abona a El Médano; de San Miguel de Abona a Los Abrigos, este
último barrio enclavado en Granadilla de Abona; de Arona a Los Cristianos; de
Adeje a La Caleta o de Guía de Isora a Playa de San Juan. Lo que posibilitaba,
a falta de otras vías de comunicación terrestres, que los productos agrícolas
llegaran lo más rápidamente al punto de salida hacía el exterior, a través de
los barcos de cabotaje, al Puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Las principales vías de comunicación con el Sur de
Tenerife se surcaban por la mar. Y para ello se valían de barcos como los
vapores Tenerife, Esperanza, Viera y Clavijo, León y Castillo, Carmen, Velox,
Chasna, Dalia o Taoro; o los pailebotes: San Diego de Arico, Rosario
o Frasquita.
Al consultar este día, sábado 11 de noviembre de
1911, y sus alrededores, en diversos periódicos de la época nos encontramos con
escasas informaciones, en algunas de ellas se publicitan los barcos de cabotaje
que realizan la ruta a este Sur. El 11 de noviembre de 1911 entra al puerto de
Santa Cruz de Tenerife el vapor Carmen, de San Sebastián de La Gomera: Dejó pasajeros. Descargó y cargó
frutos y otras mercancías; toma carbón y agua y sale para el puerto de su
procedencia y escalas, despachado por los Sres. Hamilton y Cª. Las escalas a que se refieren son los pueblos
costeros del Sur de Tenerife. El Carmen había realizado otra escala el 1 de
noviembre, procedente del Sur, con 66 pasajeros los cuales en su mayoría
marchan con destino a Cuba.
Ese mismo día atraca el San Sebastián, desde el Puerto de la Cruz y saldrá para San
Sebastián y escalas. O el anuncio del vapor Velox, que se reproduce, y que partía desde Santa Cruz de
Tenerife los domingos por la mañana, regresando los miércoles. Asimismo se
ilustra este comentario con un anuncio de venta de fincas en El Río de Arico.
Otro de los anuncios que se publican ese día fue el de una tienda de comestibles en Santa Cruz de Tenerife que utiliza como reclamo de la erupción del Chinyero, acaecida entre el 18 y el 27 de noviembre de 1909: El Volcán Chinyero. Puerta Canseco, 63. almacén de víveres al por mayor y menor.
Se informa de la solicitud al Gobierno Civil por
parte de José Peña Hernández para derivar agua que discurren por el barranco
de Chija en el término municipal de San Miguel en esta isla. Un incendio, ocurrido el 2 de noviembre, en la
vivienda de María Agustina Rodríguez, en Charco del Pino, una pobre anciana y
viuda que quedó en la miseria. Y
poco más se podría añadir de este mes de noviembre. Como siempre, por estos
meses proliferan las demandas y las quejas, sobre caminos, falta de agua,
problemas con correos, escasez de escuelas, y cuando las había, falta de pagos
a maestros o su ausencia. Y múltiples denuncias de la Guardia Civil por cazar o
por pastar los animales sin autorización.
A esta escasa información que se disponía sobre este
Sur se podría añadir algunos retazos que ilustren la dureza de la vida
cotidiana, como la condena que se impone a un vecino de Adeje, en junio de
1911, en juicio de falta por sustracción de hierba, ha sido condenado D.
Tomás Socas Esquivel, a la pena de un día de arresto menor.
O algunos precios que se han encontrado en diversas
fuentes documentales, al inicio del siglo XX cuando los salarios más frecuentes
de los jornaleros rondaban la una o las dos pesetas, casi el mismo precio que
unas lonas, que se tasaban a 1 peseta. Se ha encontrado que a una recolectora
de cochinilla se le pagaba una peseta al día, a una planchadora, 0,75 pesetas;
o plantando o recogiendo papas, a 2 ptas. Y se ofertaba la plaza de médico de
Adeje con un sueldo de 1.500 pesetas anuales.
El
kilo de queso o de chocolate a 2 ptas., una camisilla, a 1,20 ptas., 1 fanega
de trigo, algo más de 43 kilos, a 15 ptas.; el azúcar a más de peseta el kilo.
Un garrafón de vino, de 20 litros, a 5,50 ptas., el vinagre a 2,50 ptas.; en un
anuncio de prensa el vino del país en Santa Cruz de Tenerife se vendía a 50
céntimos el litro. O una yunta de vacas que se valoraba en algo más de 400
pesetas.
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