sábado, 17 de mayo de 2014

San Pascual Bailón. Promesas a un santo bailón


 
San Pascual Bailón en la Parroquia de San Antonio Abad, Arona
El 17 de mayo se conmemora el santo más bailón, San Pascual Bailón, al que se recurría en cualquier momento del año. Las promesas, los bailones, a San Pascual Bailón se cumplían por múltiples motivos, por mejorías de enfermedades, por salir airoso de ciertos avatares de la vida, casamientos, partos, guerras o viajes; o por cualquier otra facultad como padecimientos de animales, sequías, lluvias, etc. El baile se organizaba en casas particulares o en los múltiples salones que existían en cada pueblo. La persona que hacía la promesa se encomendaba en buscar el lugar, de invitar a los bailadores y tocadores, y fijar la fecha para su ejecución. 
En Arona, el 17 de mayo se oficia una misa de gala en honor de San Pascual Bailón en la Parroquia de San Antonio Abad, Patrón de la Hermandad del Santísimo Sacramento. Las peticiones a este santo franciscano se cumplen por múltiples motivos en demanda de su amparo. Como por ejemplo cuando lo bailó María Luisa Hernández Reverón, vecina del Valle de San Lorenzo, que asistió en ofrecimiento de una vecina por el pronto regreso de su padre de Cuba. Se desarrolló en la década de los años cincuenta en un local de Pedro Hernández, en Chindia, desde que entrabas hasta que salías tenías que estar bailando. Tocadores y bailadores no podían parar hasta que no se cumplía la promesa, que en algunos casos se mantenía durante dos horas.
María García Sierra, vecina de Buzanada, también participó en estos bailones. Como el que se efectuó en los años cuarenta, con el deseo de que el parto de su hermana tuviera buen fin. Yo hice una promesa por mi Corina, que en paz descanse, cuando tuvo el niño más viejo que casi no lo tiene, y prometí un Pascual Bailón, no parábamos, uno bailando sin pararse las dos horas. El baile se efectuó en El Morro, en la tienda y salón de baile de Enrique Delgado, Cho Enrique, en el que también participó Dolores Toledo y Rafael Delgado, con quien bailó María García; quien además recuerda un cantar en honor de este santo: Dichoso Pascual Bailón/ que bailando ganó el cielo/ y se fue a gozar de dios/ bailando en ese terrero
Rosario Domínguez. Las Galletas
Asimismo lo narró la vecina de Las Galletas, Rosario Domínguez Rodríguez, quien participó en uno de estos bailes en la Cañada Verde. Cuando yo tenía diecisiete años estábamos invitados a la Cañada Verde, por la tarde que lo ofrecía mi tía María Rancel y el marido Ismael Donate, que era el cabrero en La Tosca. Y fuimos al baile que ofreció ella, porque las cabras no daban leche y después llovió y había leche a montones, por dios que si. El Pascual Bailón lo bailamos allárriba en la Cañada Verde, estaba cho Juan Cabrera de encargado y fue también en el día de San Juan, bailamos por la tarde y después bailamos por la noche el baile, estuvimos bailando hasta por la mañana. Por la tarde ejercieron la promesa a San Pascual Bailón y por la noche festejaron la onomástica de San Juan Bautista.
  José García. Valle de San Lorenzo
Y el último recuerdo lo aporta José García Domínguez, José Rubio, quien nació en 1914 en el Valle de San Lorenzo. Con apenas quince años participó en un Pascual Bailón, bailando dos horas en el salón que tenía María Pérez Reverón, con venta y salón de baile en Los Corrales, cercano a Las Galletas, tenían un ventucho y un salonito pa bailar y que ellos vivían allí también. En este Pascual, José Rubio bailó y cantó, y añade que estuvo danzando con una chica a la que no le pudo decir nada, se acabó el Pascual y no pude romper la palabra.
  
Bibliografía: BRITO, Marcos: Arona. Tradiciones festivas. Llanoazur ediciones


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