Antonio González García, cho Antonio el Calanero
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Antonio González García, Cho Antonio el Calanero, fue pescador y carpintero de ribera en Alcalá, Guía
de Isora. Su apodo surge al trasladarse a Valle Gran Rey, en La Gomera, por
degeneración del gentilicio de su procedencia, alcalanero. Reseñas que se
obtienen de un artículo de Vicente Borges en el que se aportan algunas
referencias de este natural de Alcalá que continuó con las mismas labores en
Valle Gran Rey.
El pescador más viejo de Valle Gran Rey se llama
don Antonio González García, conocido familiarmente en el pueblo por Cho
Antonio `El Calanero´, por proceder de Alcalá, tierra de su colega Manuel
`Capitán´.
Antonio González García, Antonio el Calanero, le narra al reportero algunos datos, en éste
artículo publicado en febrero de 1958, como su descripción física o su edad. El
bravo don Antonio, “El Calanero”, habla de la mar y de sus bromas. Le rodea la
gente pescadora. El es el más viejo y la voz más autorizada. Un pescador, alto
como un palo mayor y derecho como un remo.
Tengo ochenta y seis años y dos días. También
tengo memoria … Cuando el Sudeste hincha la nariz nos tumbamos en la arena.
¡Qué salgo otro¡ Y le advierto que tenemos pescado en esas aguas para atender a
lo que pida cualquiera. Hace dos años pescamos un atún de cuatrocientos kilos.
Vicente Borges le pregunta como es el pescador
gomero, a lo que responde: De lo mejorcito. Y mire que so soy de Alcalá … En
Tenerife no somos mancos en la faena de la pesca pero aquí tampoco. Le aseguro
que cuando el atún se pone tonto hacemos un capital. ¡Si en estas mareas
tuviéramos las calmas de Alcalá!
Continúa relatando sus vivencias en la dureza de la
pesca. Todas son duras. La albacora se las trae. Si no tuviéramos estos
callos en las manos no podríamos pescar ni una. A lo que añade Vicente Borges: Es maravilloso
ver como una liña de doscientos metros se desliza con la velocidad del rayo por
estas manos de don Antonio sin cortar ni dañar.
Asimismo narra desde cuando reside en La Gomera. Hace
cuarenta años que llegué a La Gomera y aquí he trabajado de maestro de ribera.
Muchas lanchas he preparado con estas mismas manos. Manuel Álvarez de Alcalá,
todavía tiene una de las que hice, hace más de medio siglo. Y le ha dado
guerra, no crea. Pero sigue tan fuerte como siempre. ¿No es eso compadre?
Asimismo relata quien le enseño en éste arte: Maestro
Bernardo, de Adeje, fue quien me enseñó. Para hacer una lancha recia lo primero
es asentar las ´aquellas` de rodas y cuitas. Los maderos vienen `a menos` hasta
que lleguen a proa. Las llevo hechas hasta de quince quintales. Una de diez
metros de largo está en Agulo cumpliendo como manda Díos.
Y allí deja a Antonio el Calanero, impartiendo lecciones a quien le quiso escuchar: Don
Antonio y la compañía empinan los vasos y sonríen. Después se tumban en la
arena. Sopla el Sur.
Bibliografía: BRITO, Marcos: Nombretes en el Sur
de Tenerife. Llanoazur ediciones
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