martes, 5 de abril de 2016

4 de abril de 1930 despega un hidroavión de la Bahía de Los Cristianos


4 de abril de 1930 despega un hidroavión de la Bahía de Los Cristianos

El 2 de abril de 1930 amerizó un hidroavión en Los Cristianos, en cuya bahía permaneció hasta el día 4, y cuya partida se recoge en esta información.
El miércoles 2 de abril de 1930, a la cuatro y media de la tarde, amerizó en la bahía de Los Cristianos el hidroavión Dornier Wall, D. 1647 Bremerhaven de la compañía alemana Luft-Hansa. En el hidroavión procedente de Berlín, con escala en Cádiz y en Gando, viajaban, Otto Bertram, miembro de Luft-Hansa; Ernst, jefe de navegación; Bebenshat, mecánico; Baunsbard, radiotelegrafista; y el fotógrafo, Teodoro Maisch. En Los Cristianos los esperaban numerosas personalidades, entre las que se encontraban el cónsul alemán en Tenerife, Jacob Ahlers, y Juan Bethencourt Herrera, consejero del Cabildo Insular de Tenerife. El hidroavión se quedó en la bahía de Los Cristianos y la tripulación marchó por carretera a Santa Cruz, quedando a cargo del mecánico. El viernes regresaron por el aparato, con la intención de sobrevolar hasta Santa Cruz de Tenerife, pero el mal tiempo les hizo ir directamente a Gando, desde cuyo lugar regresarían a Cádiz.

Bibliografía: BRITO, Marcos: Los Cristianos 1900-1970. Vida cotidiana y fiestas populares. Llanoazur ediciones

lunes, 4 de abril de 2016

Regata de barcos a vela. Los Cristianos


Regata de barcos a vela. Los Cristianos

El barco El Médano, en una de las últimas regatas de barcos a vela celebradas en la Bahía de Los Cristianos, durante los festejos de septiembre, a comienzos de la década de 1960. Se aprecia a los pescadores Manuel Melo Tavío, Manuel Piñera y Antonio Melo Alayón, Tonero, al timón, a su llegada a puerto. De estas regatas se tiene constancia escrita, tanto a remo como a vela,  desde los años veinte del siglo XX, pero ya existían desde muchos años antes, cuando se rivalizaba por ver que barco era el más veloz, quien era el que llegaba primero a tierra después de la pesca. Eran barcos ligeros, de 6 ó 7 metros, con 2 ó 4 remos.
Vela, madera y mar, siempre la mar, diálogo fluido que se rompe con la llegada, a mediados de la década de los treinta, de las primeras adaptaciones de motores de camiones y coches. Pero fue a partir de los años cincuenta cuando se pluralizó la utilización de pequeños motores marinos. Las velas para estos barcos se fabricaban por los mismos pescadores o por sus mujeres o hijas. En Los Cristianos sobresalía por su habilidad en la preparación, Antonio Melo Alayón, Tonero.

Documentación: BRITO, Marcos: Los Cristianos 1900-1970. Vida cotidiana y fiestas populares. Llanoazur ediciones

viernes, 1 de abril de 2016

Cita del Sur 18. Vilaflor, belleza incomparable, por Diego Crosa



Cita del Sur 18. Vilaflor, belleza incomparable, por Diego Crosa

Hay lugares en Tenerife de más amplias y hermosas perspectivas, como la vega de La Laguna, con el monte de Las Mercedes; de más bellos paisajes, como el de Tacoronte, entre los prados verdes la nota blanca y roja del caserío; de más viejos rincones para acuarelas, como el de Icod, con sus casonas señoriales; de más abruptos y dantescos riscos como Taganana, la inédita, sin medios de comunicación; de más frondosa ufanía como el valle de la Orotava, con la grandeza del Teide al fondo; pero Vilaflor, con su suelo cuadriculado por lindes de diminutos predios, con sus cumbres redondas, con sus perales en flor, que semejan árboles nevados, es única, porque además en ella no se ven esos monótonos platanales, que, con su verde sucio, tanto afean la campiña rosa y veronés de mi terruño.
Vilaflor no se parece a ningún otro lugar de Tenerife, recostada al pie de sus violáceos pinares; de un lado el monte de «Los Lirios», las casas grises que lucen entre arbustos, y la iglesia aldeana, con sus cipreses guardianes; del otro el «Atajo» y «Las Mesas» con sus miles de almendros, y al fondo, destacándose en el azul, el «Sombrerito» y el «Valle de las aguas», con el manantial donde brota lo más preciado, para mí, de Vilaflor: el agua curandera de «Doña Beatriz», que da al traste con todas las afecciones intestinales.
Cita de Diego Crosa y Costa, Crosita, (Santa Cruz de Tenerife, 1869 – 1942), quien cultivó múltiples facetas, como la de periodista, poeta, pintor, dibujante, dramaturgo o caricaturista. Colaborador en revistas como Gente Nueva, Castalia o Hespérides; o en el periódico La Prensa.
Conocedor de este Sur, por sus diversas visitas, entre ellas esta a Vilaflor, en abril de 1929, en la que se hospeda en la vivienda del médico noruego, Fredik Holmboe, que en el pueblo lo conocían por don Federico, situada en la Calle del Medio, la actual Calle Guatemala.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Barcas de pesca. El Médano


Barcas de pesca. El Médano

Barcas de pesca en las afueras de El Médano, a comienzos de la década de 1960. Arte de pesca artesanal, barcos de 6 o 7 metros en faenas cercanas a  la costa, como los dos que se nos muestran en la imagen obtenida desde el mar, tal vez recogiendo alguna nasa, y en la que se aprecia, a la derecha, el Hotel Médano en obras, que fue inaugurado en 1963.


Documentación: BRITO, Marcos: Paisaje en las Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960]. Llanoazur ediciones.

martes, 29 de marzo de 2016

Juan Sierra Moreno, "Juan el Viudo"

Juan Sierra Moreno, Juan el Viudo, Carmen Bello Rodríguez, Carmen la del Viudo; y su nieta Lourdes Galindo Sierra

María Moreno Moreno y Juan Sierra Moreno residían en La Escalona cuando él fallece y a María Moreno se le comienza a conocer por María la Viuda. Con su hijo, Juan Sierra Moreno, se traslada a residir al Valle de San Lorenzo, como así consta en el Censo de Población de Arona, a 31 de diciembre de 1920; María Moreno Moreno cuenta con 29 años de edad, y su hijo con 5 años. En el Padrón Municipal de Arona, a 31 de diciembre de 1931, ya se asientan en Los Cristianos; en donde se inscribe a María Moreno casada con Martín Melo Villareal.
Juan Sierra Moreno se le trata como Juan el de la Viuda, que posteriormente evolucionó a Juan el Viudo. Entre las múltiples ocupaciones a las que se dedicó, se podría mencionar que cuando llega a Los Cristianos, podría contar entre 12 o 13 años, realiza labores en la pesca. Además trabajó en la empresa Pelarre; como chofer en camiones o de encargado con García Jorge. Este apodo lo hereda su mujer, Carmen Bello Rodríguez, Carmen la del Viudo; y su hija, Nina la del Viudo.
En el Padrón Municipal de Arona, a 31 de diciembre de 1960, Juan Sierra Moreno se encuentra inscrito en Los Cristianos, nace en 1916 y de profesión chofer; casado con Carmen Bello Rodríguez, quien nace en 1912, natural de Adeje y con 20 años residiendo en Arona. Y sus hijos: María del Carmen, 1941; y Pedro Sierra Bello, 1945.

Documentación: BRITO, Marcos: Nombretes en el Sur de Tenerife. Llanoazur ediciones