lunes, 18 de noviembre de 2013

Erupción de El Chinyero. 18 al 27 de noviembre de 1909


 


Erupción de El Chinyero. 18 al 27 de noviembre de 1909          
Jueves, dieciocho de noviembre de 1909, poco después de las dos de la tarde, cuando se iniciaba la erupción de la Montaña Chinyero. Última erupción volcánica en la isla de Tenerife que se produjo entre el 18 y el 27 de noviembre, sin que acaecieran desgracias personales.
La Montaña Chinyero está situada en el Municipio de Santiago del Teide, en las cercanías del límite con el de El Tanque. El aislamiento de la zona, además de su desconocimiento, contribuyó a crear cierta confusión sobre el lugar y las condiciones de vida. Esta zona, como todo el Sur de la isla, era una región casi abandona a su suerte, sin carreteras, con una instalación telegráfica sin terminar de emplazar, sin servicios sanitarios, sin apenas escuelas. Como vías de comunicación poseía unos caminos intransitables, con una comunicación externa basada en la mayoría de los casos en el cabotaje, para el que tampoco había embarcaderos. Y todo ello, contando los tres municipios afectados con una población significativa, Guía de Isora rondaba los tres mil quinientos; El Tanque alrededor de los mil doscientos; y Santiago del Teide, los mil quinientos.
Fotografía: 2003
BRITO, Marcos: Erupción del Chinyero a través de la prensa. Llanoazur ediciones

Erupción de El Chinyero. 18 al 27 de noviembre de 1909

 
Erupción de El Chinyero. 18 al 27 de noviembre de 1909     

Era un jueves, dieciocho de noviembre de 1909, poco después de las dos de la tarde, cuando se iniciaba la erupción de la Montaña Chinyero. Última erupción volcánica en la isla de Tenerife que se produjo entre el 18 y el 27 de noviembre, sin que acaecieran desgracias personales. 
Telegrama emitido desde la Alcaldía de Icod de Los Vinos el 18 de noviembre de 1909. 
BRITO, Marcos: Erupción del Chinyero a través de la prensa. Llanoazur ediciones

domingo, 17 de noviembre de 2013

18 de noviembre de 1909. Erupción del Chinyero


Temblores de tierra precedieron detonaciones, humaredas rojizas, cenizas volcánicas cayendo en forma de lluvia, barrancos de lava. Era un jueves, dieciocho de noviembre de 1909, poco después de las dos de la tarde, cuando se iniciaba la erupción de la Montaña Chinyero. Última erupción volcánica en la isla de Tenerife que se produjo entre el 18 y el 27 de noviembre, sin que acaecieran desgracias personales.
La Montaña Chinyero está situada en el Municipio de Santiago del Teide, en las cercanías del límite con el de El Tanque. El aislamiento de la zona, además de su desconocimiento, contribuyó a crear cierta confusión sobre el lugar y las condiciones de vida. Esta zona, como todo el Sur de la isla, era una región casi abandona a su suerte, sin carreteras, con una instalación telegráfica sin terminar de emplazar, sin servicios sanitarios, sin apenas escuelas. Como vías de comunicación poseía unos caminos intransitables, con una comunicación externa basada en la mayoría de los casos en el cabotaje, para el que tampoco había embarcaderos. Y todo ello, contando los tres municipios afectados con una población significativa, Guía de Isora rondaba los tres mil quinientos; El Tanque alrededor de los mil doscientos; y Santiago del Teide, los mil quinientos.
Los temblores comenzaron a notarse el año anterior, desde julio de 1908 se tiene múltiples referencias, hasta llegar a los días previos a la erupción, los día 14 y 15 de noviembre de 1909. Este último día se remite, al Gobernador Civil, un telegrama desde la Alcaldía de Icod: Hoy desde media noche se han sentido pequeños temblores. A las cuatro treinta, otro más intenso que asustó vecindario. No se registró consecuencia alguna desagradable.
La erupción volcánica tuvo dos testigos de excepción José Hernández Lorenzo y su hijo Miguel Hernández Grillo, vecinos de Los Llanos, El Tanque. La declaración del primero se recogió en: “Erupción volcánica del Chinyero (Tenerife)”, de Lucas Fernández Navarro. Nosotros estábamos a 300 metros de donde reventó, y las arenas nos caían encima. Eran las dos y media y yo estaba haciendo un trillo, y sentía temblar la tierra bajo mis pies. Dio una vez un `berrido´, que yo miré hacia el cielo porque me pareció como si pasaran por encima muchas palomas revolando. Cuando fui, ya tranquilo, a buscar una cuerda para atar las maderas, sentí al volcán dar otro `berrido´que parecía que pasaba por debajo, como si bajara de hacia el Teide; sentí un redoble y vi que era que el hacha repicaba sola contra el trillo, que yo me volví a ver de qué dimanaba aquello. Y después siempre siguió temblando la tierra.


Las informaciones se suceden en todos los periódicos de la Isla desde el día 19 de noviembre. Rastreando entre sus páginas podemos desgranan como se registró esta erupción, como se conoció la noticia, como transcurrió ese primer día. A través de los múltiples telegramas que se remiten desde la zona al Gobernador Civil nos ilustran como se vivían esos primeros momentos. En La Opinión se publica: Hace algunos días que en casi toda la región de la isla baja, han venido sucediéndose ciertos fenómenos sísmicos que, por su repetición, parecía demostrar que eran antecedentes preparatorios de alguna erupción volcánica. En efecto, con fecha de ayer a las once de la mañana, el Alcalde de Icod telegrafiaba a este Gobierno Civil. Según informes telefónicos recibidos hay señales evidentes erupción volcánica faldas sur del Teide en montaña las Cruces. Acabo llamar Alcalde Guía por teléfono para conferenciar. Comunicaré V.E. toda clase detalles relativos tranquilidad este vecindario. Ruégole declare permanente esta oficina telegráfica.
Se suceden múltiples informaciones, se desconoce el lugar exacto, se citan las montañas, Bencheque, La Botija, Chajorra, Las Flores. Desde Icod se remite en la tarde del 18, otro telegrama: Reiterole mi anterior telegrama pidiéndole auxilio. Volcán sigue en aumento, sintiéndose temblores subterráneos, grandísimas detonaciones, columna humo color rojizo, iluminada por resplandor. Pueblo tiene ya miedo: parte de él alejase carretera; otra parte ansía recibir sus auxilios. Noche infunde pavor grande. Valle Santiago pueblo más cercano lugar catástrofe, ha sido abandonado, huyendo vecindario hacia playa. V.E. podrá enviar otro buque. Hay temores baje lava entre Silos y Garachico. Necesidad de socorrer caso desgracia. Momentos después se informa: Propios que envié aproximarse lugar erupción regresan comunicándome volcán tiene tres bocas base inferior montaña Botija, sobre pueblo Santiago, arrojando grandes bocanadas fuego y produciendo detonaciones por segundos. De Chío, pago pueblo Guía de Tenerife telefonean que lava tiene dirección norte, esta noticia, dada situación esta villa ha producido alarma.
Y en la noche de ese día: Peones que bajan montaña, aseguranme que lava corre dirección Santiago por barranco los Ovejeros. Este dato coincide con Guía quien comunica que por montaña Chinhierro se ve correr ya franca la lava hacia dicho pueblo, el de Santiago, el cual como ya dije V.E. está desalojado, como también Arguayo y Tamaimo. Aquí tranquilizanse los ánimos agradeciendo vivamente auxilios que con tanto celo y actividad organiza de cuya llegada daré cuenta.
Se comunica el desalojo de Santiago del Teide, las alarmas por la que transcurre los pagos cercanos, de El Tanque, de Guía de Isora. Se suceden las incertidumbres, se desconoce por donde transcurre la lava, el número de bocas por la que emana, los auxilios que se prestan. Una de las descripciones que con mejor criterio se acercan a la realidad se publicó el 29 de noviembre, una vez terminada la erupción, por el corresponsal de El Tiempo en El Tanque, Abraham Trujillo Ferrer: A las dos de la tarde del día 18, precedido de fuertes detonaciones, vióse desde aquí grandes humaredas de color rojizo, que ha medida que adelantaba la noche, más imponente se ofrecía a nuestros ojos, creyendo muchos, en un principio, que eran expelidas del mismo Teide.
Más, subiendo a cierta prominencia del terreno, pudo apreciarse que era en sus estribaciones. Ante la incertidumbre grande que de todos se apoderó, y a fin de cerciorarme, me hice acompañar de varios, que gustosos se prestaron, encaminándonos a un puesto desde el cual pudiéramos ver de donde surgía el fuego.
Puestos en marcha a las cuatro de la tarde, escalamos la cúspide de la montaña Negra, a las 8 de la noche, de la cual se dominaba perfectamente la de Chinyero, que arrojaba arroyos de fuego, que convertido en lava corría.
Majestuoso, impotente, era el aspecto que presentaba tal fenómeno. Las detonaciones, como truenos subterráneos, infundían pavor, notando ciertas trepidaciones del terreno donde nos encontramos presenciando aquel acto sublime de la naturaleza, que jamás soñé, y bajamos aprisa, temiendo un hundimiento.
Las informaciones que recogieron los periódicos en su edición del viernes 19 eran imprecisas. Eran momentos de incertidumbres, de pánicos entre los que habitaban en sus cercanías, muchas de las cuales abandonaron, con lo puesto, la zona. Con el paso de las horas y de los primeros días, se transformó en un punto de encuentro al que se trasladaban personas de toda la isla. Las noticias de solidaridad se suceden entre todos los estamentos de la sociedad. Son numerosos los pueblos donde se inician suscripciones para recaudar fondos con los que socorrer a las familias más necesitadas.
Al lugar llegaron nutridos grupos de excursionistas, curiosos de todo tipo, por mar o por tierra. Entre los visitantes se encontraban científicos, fotógrafos, pintores y periodistas que plasmaron las penas, las penurias de los habitantes más cercanos, la perplejidad, además de la belleza de lo contemplado.

BRITO, Marcos: Erupción del Chinyero a través de la prensa. Llanoazur ediciones

viernes, 15 de noviembre de 2013

Partido homenaje a Jesús Domínguez. 15 de noviembre de 1959

Jesús Domínguez Martín. Década de 1950
 
Jesús Domínguez Martín, El Grillo, se inició en la natación en su pueblo natal, Los Cristianos. Fue a partir de su ingreso en el servicio militar, en 1946, cuando tuvo el primer contacto con las piscinas, participando al año siguiente en unos Campeonatos Nacionales, celebrados en Las Palmas. En 1948 mejora todos los tiempos canarios de las distancias entre los 200 y los 1.500 metros, en estilo libre. Ese año participó en las olimpiadas de Londres. Al año siguiente obtiene, en Palma de Mallorca, sus primeros títulos en los campeonatos nacionales, lo fueron en 400 y 1.500 metros libres; además de un segundo puesto en 100 metros y el primero en los relevos 4x200 metros. Fue un nadador completo, desde 1950 añade la braza a la lista de sus galardones y a partir de 1954 también compite en mariposa. De entre su amplio historial deportivo, hasta su retirada de la competición en 1958, y según un resumen que facilitó Jesús Domínguez, destacar que fue 29 veces campeón de España individual y 48 en pruebas por equipos. Se le recuerda sobre todo por ser el nadador español con mayor número de título y marcas nacionales. 
Este gran nadador, fallecido en 2003, posee, entre sus muchas distinciones, la Medalla de Oro, concedida en 1958, al mérito deportivo de la delegación nacional de Educación Física y Deportes. La Corporación Municipal de Arona le distingue al denominar una calle de Los Cristianos con su nombre: Calle Jesús Domínguez “Grillo”; designación que asimismo lleva el Complejo Polideportivo Jesús Domínguez El Grillo de Los Cristianos. En noviembre de 2000 recibe el galardón instaurado por el Patronato Municipal de Deportes de Arona: Premio Internacional del Deporte Arona 2000

Equipo negro
El 15 de noviembre de 1959 se le tributa en Los Cristianos un partido de fútbol en homenaje y beneficio al gran campeón Jesús Domínguez. El Ayuntamiento de Arona ya había organizado dos años antes otro homenaje para colaborar en la adquisición un vehículo de servicio público para Jesús Domínguez Martín, teniendo en cuenta la situación económica del mismo y tratándose de un vecino de esta localidad que ha dedicado su juventud al realce del Deporte Nacional, acuerda por unanimidad contribuir con dos mil pesetas para engrosar los fondos para la adquisición del vehículo de referencia, autorizándose a la Alcaldía para que organice una comisión que le de el mayor realce al homenaje que se proyecta rendirle.
El partido de fútbol, de noviembre de 1959, se disputó entre dos equipos del pueblo, denominados por el color de su vestimenta, el azul y el negro; ganando el equipo negro por 5 goles a 2.

Equipo azul
La alineación del equipo negro, y tal como recoge la fotografía, fue, de pie y de izquierda a derecha: Toño; Nicomedes Martín Melo; Lolina Martín Melo, madrina del equipo; Marcos Brito Melo; Graciliano Valentín y Antonio Ledesma Hernández. Agachados: Pedro Peñalver; Leónides Melo Tavío; José Manuel Encinoso Mena; Eladio Alayón, portero; Ignacio García y Estebán Alayón.
El equipo azul lo componían, de pie y de izquierda a derecha: Lucio Domínguez, José Antonio Alayón. José Fumero, Garrote. Nina Sierra Bello, madrina del equipo. José Amador. Ismael Valentín. Félix Sierra. Y Manuel Navarro. Agachados: José García Martín, El Obispo. Isael. Juan Infante. Agustín Ledesma. Julio Domínguez.

Documentación: BRITO, Marcos: Los Cristianos 1900-1970. Vida cotidiana y fiestas populares. Llanoazur ediciones

sábado, 9 de noviembre de 2013

11 de noviembre de 1911


 
La curiosidad por esta fecha hace que intente retornar a lo acaecido en el Sur de Tenerife un siglo atrás. Un Sur abandonado, falta de trabajo, sin apenas vías de comunicación, salvo caminos mal empedrados, y una larga lista de necesidades de todo tipo. Se aguantaba con una precaria agricultura de subsistencia muy dependiente del régimen de lluvias.
La carretera general del Sur, la carretera vieja, la que aún serpentea su gris marengo por cada loma ocre, inició su andadura en Santa Cruz de Tenerife en 1864, pero no llegó a Granadilla de Abona hasta 1933, y tuvo que pasar casi una década más para que se pudiera circular por ella hasta el Municipio de Arona. En las primeras décadas del siglo XX se comenzaron a estudiar, analizar, realizar planes, variar proyectos, comunicar los inicios de las carreteras de las capitales de municipios a sus puertos. Así surgió la de Arico al Porís de Abona; de Granadilla de Abona a El Médano; de San Miguel de Abona a Los Abrigos, este último barrio enclavado en Granadilla de Abona; de Arona a Los Cristianos; de Adeje a La Caleta o de Guía de Isora a Playa de San Juan. Lo que posibilitaba, a falta de otras vías de comunicación terrestres, que los productos agrícolas llegaran lo más rápidamente al punto de salida hacía el exterior, a través de los barcos de cabotaje, al Puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Las principales vías de comunicación con el Sur de Tenerife se surcaban por la mar. Y para ello se valían de barcos como los vapores Tenerife, Esperanza, Viera y Clavijo, León y Castillo, Carmen, Velox, Chasna, Dalia o Taoro; o los pailebotes: San Diego de Arico, Rosario o Frasquita.

Al consultar este día, sábado 11 de noviembre de 1911, y sus alrededores, en diversos periódicos de la época nos encontramos con escasas informaciones, en algunas de ellas se publicitan los barcos de cabotaje que realizan la ruta a este Sur. El 11 de noviembre de 1911 entra al puerto de Santa Cruz de Tenerife el vapor Carmen, de San Sebastián de La Gomera: Dejó pasajeros. Descargó y cargó frutos y otras mercancías; toma carbón y agua y sale para el puerto de su procedencia y escalas, despachado por los Sres. Hamilton y Cª. Las escalas a que se refieren son los pueblos costeros del Sur de Tenerife. El Carmen había realizado otra escala el 1 de noviembre, procedente del Sur, con 66 pasajeros los cuales en su mayoría marchan con destino a Cuba.
Ese mismo día atraca el San Sebastián, desde el Puerto de la Cruz y saldrá para San Sebastián y escalas. O el anuncio del vapor Velox, que se reproduce, y que partía desde Santa Cruz de Tenerife los domingos por la mañana, regresando los miércoles. Asimismo se ilustra este comentario con un anuncio de venta de fincas en El Río de Arico.

Otro de los anuncios que se publican ese día fue el de una tienda de comestibles en Santa Cruz de Tenerife que utiliza como reclamo de la erupción del Chinyero, acaecida entre el 18 y el 27 de noviembre de 1909: El Volcán Chinyero. Puerta Canseco, 63. almacén de víveres al por mayor y menor.

Se informa de la solicitud al Gobierno Civil por parte de José Peña Hernández para derivar agua que discurren por el barranco de Chija en el término municipal de San Miguel en esta isla. Un incendio, ocurrido el 2 de noviembre, en la vivienda de María Agustina Rodríguez, en Charco del Pino, una pobre anciana y viuda que quedó en la miseria. Y poco más se podría añadir de este mes de noviembre. Como siempre, por estos meses proliferan las demandas y las quejas, sobre caminos, falta de agua, problemas con correos, escasez de escuelas, y cuando las había, falta de pagos a maestros o su ausencia. Y múltiples denuncias de la Guardia Civil por cazar o por pastar los animales sin autorización.
A esta escasa información que se disponía sobre este Sur se podría añadir algunos retazos que ilustren la dureza de la vida cotidiana, como la condena que se impone a un vecino de Adeje, en junio de 1911, en juicio de falta por sustracción de hierba, ha sido condenado D. Tomás Socas Esquivel, a la pena de un día de arresto menor.
O algunos precios que se han encontrado en diversas fuentes documentales, al inicio del siglo XX cuando los salarios más frecuentes de los jornaleros rondaban la una o las dos pesetas, casi el mismo precio que unas lonas, que se tasaban a 1 peseta. Se ha encontrado que a una recolectora de cochinilla se le pagaba una peseta al día, a una planchadora, 0,75 pesetas; o plantando o recogiendo papas, a 2 ptas. Y se ofertaba la plaza de médico de Adeje con un sueldo de 1.500 pesetas anuales.
El kilo de queso o de chocolate a 2 ptas., una camisilla, a 1,20 ptas., 1 fanega de trigo, algo más de 43 kilos, a 15 ptas.; el azúcar a más de peseta el kilo. Un garrafón de vino, de 20 litros, a 5,50 ptas., el vinagre a 2,50 ptas.; en un anuncio de prensa el vino del país en Santa Cruz de Tenerife se vendía a 50 céntimos el litro. O una yunta de vacas que se valoraba en algo más de 400 pesetas.

Espolvoreo a mano contra la langosta. 10 de noviembre de 1958

 

Espolvoreo a mano contra la langosta. 10 de noviembre de 1958

La llegada de langostas al archipiélago, desde el continente africano, está documentada a partir de la colonización de las islas. En el Sur de la Isla, y para el siglo XX, se podrán destacar las que ocurrieron en 1901, 1932, 1954 y la de 1958.
Esta última gran invasión producida entre mediados de octubre y mediados de noviembre de 1958, se combatió principalmente con espolvoreo a mano de veneno, con hogueras, produciendo ruidos con todo tipo de latas, amontonarlas y quemarlas con gasolina o a pescarlas con pandorgas y enterrarlas en las playas.
Esta fotografía fue tomada en el Roque de Jama, situado en los Municipios de Arona y San mIguel de Abona. Con fecha, en el reverso, del 10 de noviembre y firmada por uno de los participantes, Pedro Delgado, en el esparcimiento a mano del veneno utilizado para su exterminio.
Sobre todo su impacto se sintió en el Sur de la isla, desde Santiago del Teide al Valle de Güímar, afectando asimismo a parte del norte de la isla y a la cordillera de Anaga. Se combatió a esta plaga desde su llegada el día 15 de octubre hasta mediados de noviembre. Los daños de mayor cuantía se produjeron en los cultivos de papas, algodón y tomates.

BRITO, Marcos: Paisaje en las Bandas del Sur [Tenerife 1890-1960]. Llanoazur ediciones

jueves, 7 de noviembre de 2013

El Aluvión de noviembre de 1826




 
El aluvión del 7 y 8 de noviembre de 1826 ha sido el episodio más dramático, en tan corto espacio de tiempo, producido en las Islas. En cuanto al número de fallecidos las cifras no se podrán comparar con los miles de difuntos por la fiebre amarilla acaecida a comienzos de siglo XIX; o las del cólera de 1893. Incluso en el Sur se produjeron más desgracias personales en el aluvión de diciembre de 1879 que causó 11 muertes en el Municipio de Guía de Isora.
El aluvión de 1826, que también causó la desaparición de la primitiva imagen de la Virgen de Candelaria y que ocasionó grandes destrozos en los montes; en los cultivos, de los que arrasó huertas y zonas enteras; barrancos desbordados y desviados sus cauces; o infinidad de casas destruidas, fue especialmente trágico en la zona Norte de Tenerife. De las más de trescientas muertes contabilizadas, cabría reseñar las más de cien que se produjeron en La Orotava, pasaron de la cincuenta en La Guancha o las más de treinta en el Puerto de la Cruz. Una de las causas de que las aguas produjeran graves destrozos en los montes, barrancos y terrenos de cultivos, fue la gran deforestación que se había producido en la Isla, lo que causó grandes arrastres de tierra y árboles, que terminaron por desbordarse de los barrancos y arrasar cultivos y viviendas.
De la parte Norte de la Isla se puede encontrar una información más exhaustiva, debido a esa mayor incidencia. Lo que acaeció en las Bandas del Sur sólo lo hemos podido ver reflejado en los informes que se remiten a las autoridades militares por los responsables políticos de cada uno de los pueblos.
Así en Guía de Tenerife, denominación que se mantuvo hasta 1916 cuando se designa como Guía de Isora, cuenta de la inundación de la Iglesia, del derribo de las canales para el agua del pueblo, de los grandes destrozos en los terrenos de cultivo, de la destrucción de edificios y de un puente, caminos arruinados, pinos arrancados y las maderas que estaban para embarcar llevadas por las aguas. En suma que se calculaban su desperfectos en 35.000 pesos, sin contar el monte. Al pie de estas notas se recogen los nombres de los que componían la Corporación Municipal: Jorge de Vargas, Nicolás Pérez, Felipe Delgado, Agustín Rodríguez y Francisco Delgado Trujillo.
La nota de Arico la encabeza Diego de Torres Trinidad. Se resalta la perdida de 200 fanegadas de tierra; el hundimiento de 3 barcos en el puerto de esta costa, uno de Lanzarote en el que se ahogó un niño de 5 años, otro de Fasnia en el que se perdió un hombre y otro de Guía, aunque en la redacción se anota “de aquí”. Y una larga lista de perdidas, comenzando por la muerte de un hombre de La Guancha, ahogado en un barranco del monte; 12 casas arruinadas; 600 cabras; 400 higueras; 3.000 árboles frutales; o los 6.000 pinos en los montes de la jurisdicción.
En Adeje se enumeran las perdidas de paja, víveres, árboles frutales, pinos, terreno, además de dos barcos de pesca, que suman unas perdidas de 10.000 pesos. Lo firma su alcalde José Jorge Acevedo. Asimismo de Arona da las noticias su alcalde Domingo Estrada, calculándose el valor por la perdida de ganado, tejados, árboles, etc., en 8.000 pesos.

Con respecto a San Miguel de Abona, lo aporta su alcalde Miguel Alfonso Martínez, se resaltan las perdidas de 300 higueras arrancadas, dos casas arruinadas completamente, dos barcas de pesca y 10 reses. Asimismo de Granadilla, a través de su alcalde Antonio González del Castillo, se reseñan 12 casas arruinadas y muchas con desperfectos; 1.000 mantas de paja; muchos árboles tumbados y gran daño en el monte; 2 barcos pequeños; y la  aparición del  cadáver de una mujer que fue enterrada en la misma playa en que apareció. 

De Vilaflor se resalta, por parte de su alcalde Leonardo Cordero, la perdida de más de mil árboles frutales y doscientos pinos, arrancados de su raíz; una casa arruinada; desaparición de numeroso canales del agua de riego y del abasto publicó; inundando casi todas las casas y destrozando sus tejados, por lo que se produjo una gran perdida de grano y frutas pasadas; se perdió la cosecha de papas; se extraviaron y perecieron unas doscientas entre cabras y ovejas.


Desde la Villa de Santiago, Santiago del Teide a partir de 1916, se informa de lo acaecido en Masca, donde destrozó una veintena de viviendas; además de dos en la Villa de Santiago. Los ganados desaparecidos pasaban de ochenta y una bestia mular que se llevó el Barranco. Los árboles arrancados de raíces superaron el millar, además de otro número similar en frutales; además de los estragos en los cultivos de viña, papas, tuneras o cereales. Según continúa reseñando su alcalde Juan Correa, los daños se calculan en más de 5.000 pesos.


De: “Año de 1826. Partes dados por los Gobernadores militares y Comandantes de Armas, de los estragos que hizo en esta Provincia el temporal padecido en los días 7 y 8 de noviembre de este año”. Llanoazur ediciones.